Esta pregunta es cada vez más frecuente en las cumbres internacionales del medio ambiente, y en wokii ya tenemos la respuesta.
La respuesta es… ¡sigue leyendo! Para entender mejor qué es lo que sucede actualmente y cuáles son las distintas acciones mundiales, es importante tener un contexto claro.
Al parecer la supervivencia de la Tierra no está perdida, pues según un estudio del Panel de Evaluación Científica, la capa de ozono que protege la superficie terrestre de las radiaciones solares podría reconstituirse en 2060. Claro, siempre y cuando se apliquen correctamente las medidas de protección que marca el estatuto del Protocolo de Montreal. Este se basa, principalmente, en eliminar el uso de sustancias que agotan la capa de ozono.
El informe asegura que la recuperación sería del 1% al 3 % por década y que según las tasas proyectadas, el ozono en las capas altas del hemisferio norte y el ozono de latitud media se recuperarán -si todo sale bien- para 2030. En cuanto a la capa del hemisferio sur se estima una recuperación para el 2050 y en las regiones polares, 10 años después (2060).
Lo que más afecta a la capa de ozono: gases aislantes
Lamentablemente, en contraparte, en el informe también se detalla la grave situación de los gases CFC-11 (usados en aislantes). Ya que éstos son sumamente destructivos y su utilización va a la alza.
”Hemos descubierto que estos gases no se han reducido en la atmósfera de la manera que esperábamos. Es decir, nuevos gases CFC-11 están siendo expulsados con mayor frecuencia, afectando severamente la capa de ozono”, explicó el científico estadounidense David Fahey.
Esta investigación se presentó en el Panel de Evaluación Científica, celebrada en Quito, Ecuador, este año.
En dicho foro además se solicitó al Consejo Asesor de Cuestiones técnicas y Económicas que averigüe “de dónde vienen estas emisiones extras”, pues es algo a lo que la comunidad científica aún no ha podido descifrar. Lo que sí es un hecho es que durante años, China ha sido el mayor consumidor degases CFC-11 del mundo.
Finalmente, Fahey adelantó que los expertos trabajarán, sobre todo, en la forma de evitar “un crecimiento de la temperatura global de entre 0,2 y 0,4 grados centígrados”, antes del final de siglo. Esto con la intención de frenar las consecuencias del cambio climático que claramente están ligadas al deterioro de la capa de ozono.
Ojalá lo logren, porque una capa de ozono sana podría evitar más incidencias de cáncer de piel, cataratas oculares y la afección en los sistemas inmunológicos de la gente. Además, tendría efectos positivos en las cuencas hidrográficas, las tierras agrícolas y los bosques. ¿Y tú qué haces para disminuir tu huella de carbono?
Suscríbete aquí a nuestro newsletter semanal y recibe buenas noticias directamente en tu correo electrónico.
También lee: Esta científica mexicana luchará contra el cambio climático desde la Antártida