En este Día Mundial del Síndrome de Down compartimos grandes noticias: el té verde puede ayudar a prevenir dismorfologías faciales en niños.
Te traemos una noticia que a nosotros nos puso muy de buenas: ingerir extractos de té verde en bajas dosis, menos de 30 miligramos por kilo de peso al día, puede reducir la dismorfología facial en niños con Síndrome de Down. Esto cuando se bebe durante los primeros tres años de vida.
Lo anterior lo reveló un estudio que confirma los beneficios del consumo de té verde en niños con Síndrome de Down, publicado en la prestigiosa revista Nature.
¿Por qué ocurre esta maravilla? Porque las hojas de té verde contienen cafeína y altas dosis de una sustancia llamada galato de epigalocatequina (GEGC), en concentraciones de hasta 50%. Este producto tiene la capacidad de inhibir la enzima DYRK1A.
El gen que codifica esta enzima se encuentra en el cromosoma 21 humano. En personas con Síndrome de Down hay una triple copia de este gen, la cual se manifiesta en un aumento de alrededor de 1.5 veces en la cantidad de proteína DYRK1A, principalmente en el cerebro.
Desde hace varios años, se sabe que el té verde podía funcionar en la mejora de la calidad de vida de las personas con Síndrome de Down, pero este nuevo estudio reveló que, en el caso particular de niños menores de tres años, podría incluso reducir la dismorfología facial.
El té verde y sus beneficios durante los primeros tres años de vida
El estudio se llevó a cabo en España con participantes de Estados Unidos. En total, participaron 287 niños de entre 0 y 18 años, incluidos niños y niñas con síndrome de Down, y que ingirieron o no un suplemento de té verde. Todos los participantes en el estudio fueron fotografiados desde varios ángulos para crear un modelo 3D de sus caras.
Para comparar los rasgos faciales de los participantes, se utilizaron 21 marcadores antropométricos y el análisis de distancias faciales.
En el grupo de cero a tres años se observó que, cuando se compararon niños con Síndrome de Down que nunca habían recibido tratamiento de té verde con niños que no padecen esta trisomía, el 57% de las distancias de la cara eran muy diferentes.
Pero después de recibir el tratamiento con té verde, la dismorfología facial disminuyó y los niños con o sin síndrome de Down tuvieron más parecidos físicos, según las conclusiones del estudio.
El efecto no fue similar en el caso de adolescentes con Síndrome de Down, lo que sugiere, según la investigadora, que los suplementos de té verde solo afectan el desarrollo facial cuando se administran en las primeras etapas de la vida, momento en que las estructuras de la cara y del cráneo crecen más rápidamente.
Otro de los contras que se encontraron es que, en dosis elevadas del extracto (arriba de 100 miligramos por cada kilo de peso) se puede alterar de manera no deseada el desarrollo facial y óseo.
Neus Martínez-Abadías, profesora de la Facultad de Biología de la UB y coautora principal del estudio, explicó que se necesitarán nuevas investigaciones para comprender los beneficios del té verde en niños con este síndrome, pues así como tiene sus ventajas también puede tener efectos adversos que aún no se han estudiado.
El síndrome de Down, un estigma pendiente
En este Día Mundial del Síndrome de Down recordamos la importancia de combatir la ignorancia sobre esta condición que enfrentan millones de personas en el mundo. El Síndrome de Down no es una enfermedad: se origina por la presencia de una tercera copia del cromosoma 21 (trisoma 21).
Esta alteración genética provoca una sobreexpresión de los genes del cromosoma 21, lo cual resulta en una serie de discapacidades físicas e intelectuales.
Neus Martínez-Abadías, la coautora principal del estudio, explicó que la investigación no tiene finalidades estéticas ni estigmatizantes, sino que solo busca mejorar la salud de las personas con Síndrome de Down, pues la dismorfología facial se asocia con problemas de vías respiratorias y de la masticación.
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