Este cortometraje nos presenta a una pareja cuestionándose lo que todos hemos pensado durante la pandemia: ¿y si este fuera nuestro último día en la Tierra?
La pandemia de COVID-19 nos ha enfrentado a nuestra vulnerabilidad. Cuando vemos las noticias, no solo observamos cifras y datos, vemos —como si fuera un espejo— lo frágiles que somos, lo efímero que es todo. Ha sido imposible pasar la cuarentena sin pensar, al menos por un momento, en la mortalidad. ¿Qué harías si fuera tu último día en la Tierra? Se preguntó Ariel Danzinger, director de Somewhere, el cortometraje que te presentamos, tiempo antes de que todo esto sucediera.
La pregunta surgió mientras conversaba con un par de amigos suyos, una pareja de skaters, y les propuso algo: que conversaran todas sus ideas para un último día en la Tierra para que él, luego, las reinterpretara en un pequeño filme sobre todos sus planes hipotéticos.
Esa extraña idea de dejar el planeta
Los protagonistas de Somewhere cambian de opinión constantemente… “y si nos quedáramos en casa…”, “y si saliéramos a patinar…”. Se preguntan qué comerían, ¿cocinarían? ¿No es esto lo que todos nos hemos preguntado estos días? No por nada, durante el confinamiento, muchos hicieron café dalgona o pan de plátano o dibujaron mandalas.
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Todos los días se han convertido en potenciales últimos días y, si lo vemos a la distancia, todos buscamos añadirles el nivel que nos sea posible de placer y de belleza. Una pregunta surgida en una comida con amigos derivó en un material que hoy puede conmovernos más que nunca. La filmación, contó Ariel Danzinger a Nowness, duró tan solo dos días de trabajo en Montauk, Nueva York, en un lugar al que, curiosamente, la gente llama “The End”.
Una cita en el último día en la Tierra
Las textura nostálgica y naïve de Somewhere no es desalentadora. Por el contrario, el cortometraje resulta inspirador. No hay un ánimo fatalista sino, por el contrario, nos ayuda a preguntarnos qué es lo que más disfrutamos, qué es lo que con más ganas querríamos hacer y pensar, como la protagonista, que la existencia deber ser maravillosa “como una cita que nunca acaba”.