Una ruptura es igual de dolorosa para hombres y mujeres, pero nuestra forma de enfrentarla es diferente según los estereotipos de género impuestos.
“Aguantarse como los machos” y “llorar como niña” son todavía expresiones comunes en la sociedad. Pero, ¿qué pasaría si descubriéramos que, de hecho, las mujeres son más resilientes que los hombres al momento de terminar una relación y enfrentar una ruptura?
Durante los últimos años, la psicología ha hecho numerosas investigaciones al respecto. Por ejemplo, sabemos que las mujeres experimentan un mayor dolor inmediatamente después de una ruptura amorosa, la buena noticia -para ellas- es que se recuperan emocionalmente antes que los hombres.
Los hombres, ante este tipo de rupturas, simplemente siguen adelante con sus vidas de forma inmediata pero quizás nunca se dan el tiempo de enfrentar o resolver sus emociones, lo que desencadena problemas emocionales a largo plazo.
Una investigación de la Universidad Binghamton, en Nueva York, y la University College London analizó las diferencias entre ambos sexos, en respuesta al fin de una relación amorosa.
Los resultados, publicados en la revista especializada Evolutionary Behavioural Sciences, sugieren que las mujeres sufren un mayor impacto emocional y físico al inicio, pero tienden a recuperarse antes y se vuelven emocionalmente más fuertes que los hombres, para quienes es más duro superar las rupturas sentimentales.
¿Por qué es más difícil para los hombres una ruptura o separación?
Algunos pensarán que la respuesta está en un recoveco del cerebro, en una neurona que hace que los hombres tarden más en recuperarse de las rupturas que las mujeres, o en que ambos sexos procesan las emociones de forma diferente.
La realidad es que no hay evidencia a nivel neuronal de dichas diferencias: todo está en la sociedad y en los roles que nos autoimponemos según el género.
Un estudio descubrió que los hombres obtienen parte de su autoestima a partir del estatus social que les proporciona el hecho de tener pareja, mientras que las mujeres la obtienen a partir del sentimiento de conexión con su pareja.
Los estudios demuestran que las mujeres necesitan conexión (sentimientos) y los hombres necesitan hacer algo (actividad).
No es extraño que una mujer que acaba de romper se refugie en sus amigas y comparta los detalles de la ruptura. En cambio, es común ver a un hombre que acaba de romper practicando un nuevo deporte, yéndose de vacaciones o buscando una nueva relación.
Da la impresión de que está mejor visto socialmente que las mujeres se abran emocionalmente a las personas de su entorno, de forma que pueden afrontar los sentimientos de arrepentimiento y tristeza más rápido que los hombres.
Si un hombre hiciera lo mismo, probablemente la sociedad lo consideraría débil. Sí: todavía hay muchos millones de hombres a los que se les ha inculcado que parte de su masculinidad recae en tragarse su sufrimiento y seguir adelante.
Mismo duelo, diferentes emociones
Tras una ruptura, en los hombres es estadísticamente más común encontrar conductas como beber, salir de fiesta e involucrarse en relaciones cortas o con poco o nulo compromiso.
“En la sociedad en la que vivimos, a los hombres no se les permite mostrarse vulnerables cuando están heridos”, explica la doctora Nikki Goldstein, una de las responsables del estudio.
La conclusión es que tanto hombres como mujeres experimentan unas emociones similares cuando pasan por una ruptura. Las diferencias surgen según el modo en que afrontan la tristeza, la pérdida y el sufrimiento. Y qué tanto se permiten sentir, según su educación y la sociedad en que viven.
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