Los prisioneros de una comunidad indígena de Yakama ya plantaron 5 mil árboles como un proyecto innovador de reinserción social al interior de la prisión.
Las cárceles no debieran ser sinónimo de crueldad o falta de humanismo, y eso lo ha comprendido una prisión en Washington, que incentivó a sus prisioneros a sembrar un bosque dentro de la prisión como un proyecto de reinserción social.
La idea vino de Ethan Bryson, quien trabaja en la organización Sugi, que por medio de una app promueve la reforestación. Bryson se acercó al Centro Correccional y de Rehabilitación de la Nación Yakama, una comunidad indígena en Washington, y junto con las autoridades pusieron manos a la obra.
Este magnífico proyecto de reinserción social dentro de esta prisión inició en marzo de este año y está transformando un paisaje árido dentro de las instalaciones en un bosque ahora lleno de vida.
Los responsables de plantar miles de árboles son precisamente los reclusos, que plantarán 5 mil árboles endémicos de la zona y que pertenecen a unas 36 especies vegetativas diferentes.
Lejos de verlo como una obligación, los prisioneros de esta cárcel en Washington han visto este bosque como un proyecto enraizado en la cultura de los pueblos originarios de la Nación Yakama.
“Nuestra identidad se encuentra dentro de estas plantas”, dijo a Positive News Marylee Smunitee Jones, especialista en botánica, miembro de Yakama Nation y quien está liderarando el proyecto de readaptación social.
Conoce el “bosque curativo” que se plantará en esta prisión en Washington
La filosofía detrás de este proyecto abarca, por un lado, el involucrar a los prisioneros con su entorno y con su propia cultura, devolviéndoles un poco dignidad. Por otro, reforestar una zona árida como parte del mandato climático de la ONU.
“Voy a poder pasar por aquí y mostrarles a mis hijos que yo hice esto”, dijo un prisionero de esta cárcel en Washington. “Se siente genial. Hace que mi corazón se sienta bien”.
Para la creación de este “bosque curativo” (como ya lo llaman los reclusos de esta cárcel en Washington), la organización Sugi utilizó una técnica japonesa llamada Miyawaki, que consiste en plantar varias especies dentro de un mismo espacio.
Los bosques sembrados con la técnica Miyawaki pueden captar 16 veces más emisiones de carbono, ser 30 veces más densos y 100 veces más diversos que las plantaciones de árboles convencionales, según explica la propia organización.
La importancia de la reinserción social en las prisiones
Toda prisión debería verse como un espacio y una oportunidad de reinserción social; incluso, algunas legislaciones como la mexicana contemplan esto como un derecho constitucional.
Trabajos como el de esta prisión en Washington permiten a los reos volver a conectar con la naturaleza y con su comunidad.
Hace unos años, las autoridades de Río de Janeiro realizaron proyectos similares, con los cuales obtuvieron resultados favorables. Por ejemplo, redujeron los niveles de violencia en las prisiones abarrotadas de la zona.
Además de programas de reinserción social como el de esta prisión en Washington, organizaciones de derechos humanos han recomendado repensar el diseño de las cárceles, convirtiéndolos en lugares dignos que faciliten la socialización.
Aún nos queda mucho por aprender y mejorar, pero proyectos como el de Sugi nos hacen recordar que todavía hay esperanza para cambiar.
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