Te dices que esta vez sí te levantarás temprano o guardarás un hueco cada día para hacer ejercicio, pero llega la hora de la verdad y sufres un verdadero suplicio para ser constante.
No te mortifiques más: la ciencia ha señalado que, en efecto, hacer ejercicio no es igual para todos. Por eso, quizás veas a tu vecina entrenar cada día desde las seis de la mañana y a ti te cueste, incluso, prepararte una taza de café.
Gracias a diferentes estudios podemos decir que todo es una cuestión de perspectiva. Emily Balcetis, psicóloga social y profesora asociada de psicología en la Universidad de Nueva York, trató de encontrar una respuesta de por qué a algunos les cuesta más hacer ejercicio que a otros.
En una de sus investigaciones se dio cuenta de que la gente que no estaba en forma, pensaba que la línea de meta se encontraba más lejos de lo que las personas en mejor forma pensaban.
“La condición física cambia la manera en la que la gente percibe su entorno“, explicó en una charla de Ted Talk. En esta misma plática, Emily señaló que la motivación juega un papel crucial.
Además de este hallazgo, Balcetis se planteó la posibilidad de desarrollar una estrategia que pudiera cambiar la percepción de la gente. De esta manera, podría convencer a las personas de que hacer ejercicio puede ser más fácil de lo que pensamos.
Para ello, a las personas con dificultades para hacer ejercicio se les pidió concentrarse en la meta. Mientras que al grupo activo les dijeron que observasen su entorno. Concluyeron que las personas enfocadas en la línea de meta creía que dicha línea estaba 30% más cerca que los que observaban el entorno.
Efectivamente, cambiar la perspectiva era posible. Así que la próxima vez que quieras hacer ejercicio, proponte una meta y enfócate en ella. Notarás que lograr tu objetivo no es tan difícil como pensabas al principio.
Algunos trucos para obligarte a hacer ejercicio
Además de enfocarte en la meta, hay algunas cosas que puedes hacer para que logres tu objetivo. Por ejemplo, si quieres entrenar muy temprano, dejar preparado el material y la ropa que necesites será otro motivador. Le estarás diciendo a tu cerebro que eso es lo que vas a hacer y, por ende, te estás predisponiendo.
Otro truco que también funciona es tener un partner in crime. Es decir, una persona con la que puedes hacer ejercicio y a la que te será más difícil dejar plantada.
Por último, si lo marcas bien en el calendario y bloqueas ese tiempo para ejercitarte como tiempo para cuidarte, también será difícil que te autoengañes.
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