Esas ganas absurdas de querer estar en la cama todo el día puede ser un síntoma de que padeces clinomanía. ¿Lo experimentado alguna vez?
¿Levantarse de la cama por la mañana es un verdadero martirio? En este caso, es posible que sufras de clinomanía, una condición también llamada Dysania, que hace que las personas permanezcan en cama todo el día.
Se trata de un trastorno que no tiene nada que ver con la pereza, el estar somnoliento e incluso con el síndrome de fatiga crónica. Para quienes sufren de clinomanía, las mantas se convierten en un verdadero refugio de la realidad, una forma de escapar de la responsabilidad, de mantenerse alejado del mundo exterior. La clinomanía, que no está médicamente reconocida, puede, por lo tanto, definirse como una incapacidad crónica para levantarse de la cama.
¿Qué provoca la clinomanía?
La clinomanía puede surgir de un estado de ansiedad elevado. Y las causas pueden ser diferentes: puede aparecer si se sufre de depresión posparto, una condición que muchas veces regenera a las nuevas madres y que debe ser seguida por un especialista.
Otras causas son psicológicas: baja autoestima, miedo a las relaciones sociales, miedo al fracaso. A menudo, la clinomanía puede ser un síntoma de depresión, asociado con fobias e hipocondría. Las personas más expuestas a la clinomanía son, entonces, las que sufren depresión y las que tienden a la ansiedad.
Si la clinomanía se vuelve crónica, es fundamental acudir a un profesional para iniciar un camino de psicoterapia. En el caso de la depresión, el especialista también puede recurrir a la ayuda de medicamentos. Si, por el contrario, padeces una forma no patológica, ligada a periodos especialmente estresantes, entonces existen estrategias que poner en marcha: en primer lugar, cambiar tus hábitos de sueño. Por lo tanto, es fundamental regular la cantidad de sueño: lo ideal sería de 6 a 9 horas por noche.
La relajación también es importante: disfruta de un baño tibio antes de acostarte, toma un té de hierbas relajante o haz ejercicios ligeros de yoga. Para ayudar a descansar bien y refrescarse por la mañana, no uses una computadora, tableta o teléfono inteligente en la cama y, si puedes, no los dejes en el dormitorio.
¿Cómo sabes si tienes clinomanía?
Querer quedarnos hasta tarde o despertarnos de mal humor cuando suena el despertador porque nos gustaría estar todo el día en la cama sin hacer nada, no significa automáticamente que padezcamos clinomanía.
Es normal que nuestro ritmo de vida genere ganas de tomarnos un día libre y deambular en la cama para recargar pilas. El problema viene cuando se convierte en una obsesión y afecta a tu vida profesional, social o familiar. Entonces, ¿cuándo deberías preocuparte?
Cuando nuestro ocio y tiempo libre se limita a quedarnos en la cama. No salimos, no conocemos a nadie. Pasamos todo el tiempo en la cama, sin levantarnos excepto para ir al baño. Cuando empezamos a obsesionarnos con todo lo relacionado con la cama: sábanas, almohadas, cojines… y no nos quitamos de la cabeza las ganas de quedarnos echados. Cuando nos ponemos tristes con los días soleados o con las reuniones familiares y felices cuando llueve, nieva o hace mucho frío. ¡Aguas!
Este cambio de humor se debe a que el tiempo nos obliga a levantarnos de la cama y ese mal tiempo es una excusa perfecta para pasar varios días dentro de casa, sin tener que comunicarnos con alguien para explicarle por qué queremos tumbarnos todo el rato. Como cualquier trastorno de ansiedad, la clinomanía suele requerir tratamiento psicológico para aliviar los síntomas. En los casos más graves, también será necesaria la medicación prescrita por un médico.
¿Te sentiste identificado?
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