La pandemia dejó al descubierto la necesidad de cambiar las prestaciones y beneficios laborales. ¿Te imaginas cómo será el futuro del trabajo?
Ya lo sabemos: desde que inició la pandemia, el trabajo no ha vuelto a ser igual. Pero una de las cosas de las que poco se hablan es de cuánto han cambiado las prestaciones laborales desde entonces.
La pandemia por Covid-19 dejó al descubierto que algunas de las prestaciones laborales que recibimos no son precisamente las más importantes, ni las que más impacto tienen en nuestra vida.
Quizás una tarjeta de descuentos en restaurantes es una buena iniciativa. Pero, ¿y si en lugar de cupones para pizzas las empresas garantizaran acceso a servicios de salud dignos? ¿Y si en lugar de vales para gasolina nos enfocáramos en la salud mental de los trabajadores?
Algunas compañías han aprovechado estos largos meses de pandemia para reflexionar al respecto, y de ese porcentaje, algunas están replanteando las prestaciones y beneficios laborales que los empleados realmente necesitan.
La principal población que se podría beneficiar por estos cambios en las prestaciones laborales son las mujeres. Tan sólo en Estados Unidos, en los últimos meses 3 millones de mujeres tuvieron que renunciar a sus empleos porque el confinamiento aumentó sus responsabilidades domésticas y familiares.
De haber contado con mayor flexibilidad como parte de sus prestaciones laborales durante la pandemia, hoy esos 3 millones de mujeres podrían seguir aportando a la economía de sus hogares y a la economía mundial.
Las prestaciones laborales que el mundo necesita
Para comprender exactamente cómo serán estos cambios, la consultora Care.com realizó el informe “El futuro de los beneficios”, en el que 500 líderes de recursos humanos y tomadores de decisiones de Estados Unidos respondieron qué beneficios de los empleados planean mantener, de cuáles se desharán y cuáles agregarán o aumentarán.
Casi 98% de los líderes planean ofrecer o expandir al menos un beneficio para los empleados, dando prioridad a los que los trabajadores consideran más esenciales, como los beneficios de cuidado de niños y personas mayores, flexibilidad en cuanto a cuándo y dónde se realiza el trabajo, y un mayor apoyo a la salud mental.
No es en vano: la mayoría de empresas ha visto que la pandemia ha repercutido en la disminución de la productividad y retención de personal, aumento del ausentismo y deterioro de la salud mental.
Al mismo tiempo, 89% dijo que están quitándole prioridad (al menos por ahora) a beneficios como días de vacaciones pagados, descuentos y convenios de viajes, reembolso de colegiaturas y apoyo para alimentos o comidas.
Las tareas del hogar también son trabajo
La pandemia ha hecho que algunas empresas se convenzan de que el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es una fantasía: el trabajo y la vida no son entidades independientes que luchan por el equilibrio 50/50. Están interconectados y uno afecta al otro.
Por eso, 57% de los líderes respondió que están dando prioridad a los beneficios que ofrezcan un mejor balance a sus empleados, tanto en el trabajo como en la vida.
Y 63% dijo que planea aumentar los beneficios de cuidado infantil ya existentes en su empresa. Estos pueden ser servicios de guardería virtual, subsidios para niñeras o incluso subsidios para aquellas madres y padres que deban ausentarse del trabajo.
Los empleadores también han abierto sus ojos a los desafíos de los empleados que se ocupan de las personas mayores. Durante la pandemia, 83% de los trabajadores decidió o se vio forzado a regresar a sus hogares a sus familiares ancianos que solían vivir en asilos o casas de cuidado.
Debido a eso, 41% de las empresas planea ofrecer o expandir los beneficios de atención para personas mayores. Y qué bueno: las empresas se están dando cuenta de que el cuidado de personas mayores es tan importante como el cuidado de niños.
Trabajo a distancia y salud mental, las grandes revelaciones de la pandemia
El home office demostró ser igual o incluso más eficaz que el trabajo presencial, por lo que un importante porcentaje de empresas piensa migrar al trabajo en casa. O bien, a modelos de trabajo híbridos.
Un 66% de los encuestados dijo que planea ofrecer una mayor flexibilidad como parte de las nuevas prestaciones laborales post pandemia, pues es un beneficio ya probado y que no aumenta los costos directos para la empresa.
Pero, sin lugar a dudas, en lo que más podrían revolucionar las prestaciones laborales es en la atención a la salud mental, algo que antes de la pandemia se consideraba secundario, incluso un lujo.
Como señala un artículo de Harvard Business Review, el agotamiento no es sólo un problema de los empleados; es un problema del empleador que él mismo debe solucionar.
Definitivamente, la incorporación de estos beneficios no detendrá por sí sola el agotamiento de los trabajadores, pero puede proporcionar un puente hacia los cambios en la cultura laboral que todos necesitamos urgentemente.
La buena noticia es que 41% de los encuestados planea expandir los beneficios de salud mental este año como parte de las prestaciones laborales. Y, por el bien de nosotros y de nuestras familias, esperemos que así sea.
El futuro laboral se va haciendo cada vez menos incierto. Y, a juzgar por estas y otras iniciativas, parece ser que sólo veremos buenas noticias en el horizonte más cercano.
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