Morgan Freeman, el conservacionista que no esperabas

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Morgan Freeman, el conservacionista que no esperabas

Morgan Freeman, legendario actor y voz de cientos de documentales y películas, es también un hombre comprometido con la conservación de las abejas.

La primera vez que Morgan Freeman dejó saber su pasión por la conservación de las abejas fue en 2014 durante una entrevista en The Tonight Show with Jimmy Fallon. Ahí, además de revelar que uno de sus grandes hobbies era ser cuidador de abejas, Freeman habló de su experiencia con ellas y la necesidad de cuidar a estos insectos.

“Existe un esfuerzo pactado para traer a las abejas de vuelta al planeta. No nos damos cuenta de que son la base, creo, del crecimiento del planeta, de la vegetación.”, dijo Freeman durante su entrevista con Fallon. 

Morgan Freeman habla de su nuevo y valioso hobby

Ahora, el actor ganador del Oscar ha importado 26 colmenas de abejas desde Arkansas para cuidar en su rancho de 124 acres en Mississippi, convirtiéndolo en una santuario de tiempo completo para los insectos. La estrategia de Freeman para aumentar el número de abejas consiste en plantar vegetación amigable: árboles de magnolias, lavanda y tréboles. Además, el actor visita constantemente a sus colmenas llevando agua con azúcar para mantener sanas a las abejas. 

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Según el mismo Freeman, él jamás utiliza un traje especial o sombrero contra abejas y nunca ha recibido un piquete. Su única labor es alimentarlas y jamás ha tenido intenciones de extraer miel o interrumpir la vida natural de las abejas de ninguna forma. 

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La lavanda es una de las plantas favoritas de las abejas

Aunque los esfuerzos de Morgan Freeman y otros conservacionistas son verdaderamente admirables, se necesitan muchas más acciones para mantener a estos importantes polinizadores lejos de la extinción. El cambio climático y su consecuente aumento de temperaturas en grandes áreas del planeta ha ocasionado un descenso importante en la población de estos insectos. Un estudio de la Universidad de Ottawa publicado recientemente en la revista Science, proyecta que, de seguir esta tendencia, en un par de décadas las abejas podrían desaparecer totalmente. Las consecuencias serían devastadoras.