A Ricardo Domingo, director creativo de TANE, el oficio le viene de herencia: su abuelo fue el herrero de un pequeño pueblo de Aragón en España.
A Ricardo Domingo, director creativo de TANE, el oficio le viene de herencia: su abuelo fue el herrero de un pequeño pueblo de Aragón en España durante los inicios del siglo XX. En las filas de TANE, la firma de lujo más importante de México, lleva poco más de tres años, pero ya ha demostrado ser un digno valedor de su predecesor, Pedro Leites.
“Siempre cuento esta anécdota. Estaba paseando por Masaryk, vi TANE y no podía creer esta contundencia de las joyas, esta plata tan pesada, tan teatral, tan artística… No había nada parecido en todo el mundo y me dije: ‘Quiero algún día trabajar aquí‘”, explica Domingo.
Una vez que el sueño se cumplió, Ricardo hizo lo que alguien con toda su experiencia y conocimiento habría hecho: estudiar mucho. “Estudié los orígenes de TANE, las tendencias, las inspiraciones, los clásicos, quiénes habían pasado por la marca, qué artistas habían colaborado y a partir de ahí me lancé“, recuerda.
El diseñador de origen español no lo tenía fácil. Su llegada no solo debía perpetuar la esencia de la firma de joyas, sino que al mismo tiempo, debía conectar con el cambio de sociedad y de generación que estaba viviendo México. “Cuando supe que México era la inspiración más grande en esta empresa y que nuestra diferencia se basaba en que nosotros éramos mexicanos y que debíamos hacer una joyería mexicana contemporánea. Cuando supe que tenía que beber del pasado, pero enfrentarme al futuro pensando en México lo tuve claro y empecé a crear“.
Fue así como surgió Cactus, la primera apuesta de TANE con la huella de Ricardo Domingo. Después llegó Dalia y ambas fueron un éxito histórico en las ventas dentro de la compañía. “El público nos pone siempre en nuestro lugar a nosotros los diseñadores. Por mucho que creas que traes algo maravilloso, que tienes el poder de la verdad el público siempre te pone en tu lugar“, sentencia Ricardo.
El director creativo de TANE, un visionario social
Con un mundo en cautiverio por la pandemia provocada por el virus Covid-19, las reglas del lujo han cambiado. Ricardo explica que la misión de un diseñador tiene algo de social y muchas veces encuentra más inspiración en un periódico que una tendencia universal.
“El soporte expositor de las joyas va a ser el cuerpo humano de las personas y las personas están viviendo un momento social, político y económico y hay que pensar no solamente en lo que les va a gustar artísticamente o creativamente sino política y comercialmente también“.
Atendiendo a esta situación, Ricardo revela que dentro de la compañía ya se intuía que el nuevo lujo debería ir centrado en experiencias. Por ello, dentro del mundo de TANE hace mucho tiempo que solo se fabrican joyas con significado.
“Las joyas no sirven para nada, en el fondo lo que fabricamos son sentimientos. Si fabrico sentimientos para las personas aún seremos lujosos para ellas“, afirma el diseñador. En su experiencia, mientras se le otorguen significados a las piezas, no habrá pandemia, motivo social o económico que supere el que queramos tener esa unión con un sentimiento.
La plata es el corazón de México
A Ricardo le gusta destacar que en TANE se realiza un trabajo de lenta elaboración con un material que es autóctono: la plata y que da como resultado objetos verdaderos. “Tenemos una herencia de creatividad, plasticidad y técnica artesanal que ya viene de lo prehispánico. En México trabajábamos la plata mucho antes de que llegaran los españoles“, relata el diseñador.
Destaca también, que si bien cuentan con las mejores máquinas de prototipado, detrás de éstas se encuentran la mano de obra más cualificada porque son personas que conocen a la perfección el proceso hecho a mano y trascendental que le otorgará el brillo de la plata final tan característico de la firma.
“A veces vienen objetos a TANE que tienen el quinto del maestro y el maestro sigue en TANE y arregla el objeto porque lo hizo él“, sentencia Ricardo y defiende que es precisamente eso lo que él define como piezas de verdad porque son objetos que durarán para siempre.
TANE lleva casi 80 años haciendo joyas de verdad, y de seguir así, el legado de Ricardo Domingo también será eterno.
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