Diversas organizaciones, incluida la OMS, habían alertado sobre la pandemia. Nadie les hizo caso y hoy estamos en este desastre sanitario.
Pocos saben que la pandemia a la que hoy asistimos fue advertida hace años, a través de reportes e informes elaborados por diversos organismos internacionales. Desgraciadamente, nadie hizo caso. Es responsabilidad de todos los gobiernos hacer lo que esté a su alcance para que no vuelvan a ocurrir crisis sanitarias como la actual.
Tarde o temprano, la pandemia iba a ocurrir
En 2009 el National Intelligence Council (NIC) de los Estados Unidos difundió el reporte “Global Trends 2025: A transformed World”.
En este, se advertía sobre “la emergencia de una nueva enfermedad respiratoria humana, altamente transmisible y virulenta para la que no existen contramedidas adecuadas, que podría iniciar una pandemia global”. Y agregaba: si la propagación mundial de esta enfermedad sucede “para 2025, tensiones y conflictos internos y transfronterizos serán más que probables mientras las diferentes naciones lucharán para controlar el movimiento de las poblaciones que busquen evitar la infección o tener acceso a recursos”.
Sin duda, en ese momento, este escenario parecía más propio de una película de cine catástrofe hollywoodense que un reporte elaborado por científicos y expertos en geopolítica. Desgraciadamente, y a pesar de que ese reporte se encuentra en internet al alcance de todos, nadie le prestó atención. Y lo que es peor, es que dicho informe parecía un calco casi perfecto de la crisis sanitaria mundial que hoy estamos atravesando.
Coronavirus
En el documento se alertaba, además, sobre una “mutación genética natural o el reordenamiento de cepas de enfermedades actualmente en circulación o la emergencia de un nuevo patógeno entre la población humana. Como candidatos probables a tal transformación, los expertos consideran cepas altamente patógenas de la influenza aviar como la H5N1. Pero otros patógenos como el coronavirus SARS u otras cepas de la influenza también tienen este potencial”.
Segundo aviso
La segunda alerta provino de reportes científicos y de inteligencia, pero fue muy difundida por los medios: de hecho, la revista Time tituló su portada de esta manera: “No estamos preparados para la próxima pandemia”. En dicho artículo, publicado en mayo de 2017, se advertía sobre un virus que “en China, desataría la próxima pandemia, y ya está circulando”. Se dijo también, erróneamente, que era “una gripe aviar llamada H7N9, y que en general infecta mayormente a aves. Sin embargo, está brincando a humanos”. Este último dato no resultó ser exacto, pero la alerta sobre una pandemia, desatada por una infección zoonótica, sí lo fue.
Las infecciones zoonóticas se originan en “mamíferos salvajes que han sido el trampolín para que virus como el VIH o el SARS se expandieran”, dice en su bestseller Laurie Ann Ximénez Fyvie, microbióloga de la UNAM y la Universidad de Harvard y autora de Un daño irreparable, publicado hace dos meses.
Tercera advertencia
En su libro, la jefa del laboratorio de Genética Molecular de la UNAM cita la alerta que la propia Organización Mundial de la Salud emitió en septiembre de 2019. “Nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio que podría matar de 50 a 80 millones de personas y liquidar casi el 5% de la economía mundial. Una pandemia mundial de esa escala sería una catástrofe y desencadenaría caos, inestabilidad e inseguridad generalizadas. El mundo no está preparado”.
“Se supo con mucha anticipación que vendría una pandemia y pocos hicieron algo para prepararse”, escribe en su libro Laurie Ann Ximénez Fyvie.
Las alertas sonaron. Pero los que podían decidir sobre esta materia no hicieron caso. Hoy, asistimos a las consecuencias directas de esta desidia. Ojalá aprendamos de todo esto. Ojalá no vuelvan a repetirse desastres globales como el que estamos viviendo hoy.
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