El océano Austral llegó para quedarse y para dar esperanza de que este planeta aún puede sobrevivir si nos ponemos las pilas.
Así como Plutón ha sido sujeto de debate sobre si es o no un planeta, el océano Austral, un cuerpo de agua alrededor de la Antártida, ha sufrido de la misma “discriminación”. ¡Pero ya no más! Hace un par de meses, la National Geographic Society lo reconoció como ¡el quinto océano del mundo!
Antes de esta decisión, desde que la National Geographic Society comenzó a hacer sus mapas en 1915, consideraba únicamente cuatro océanos: el Pacífico, el Atlántico, el Índico y el Ártico. Pero en su más reciente actualización, el océano Austrial se suma para convertirse en el quinto.
Si bien esto ha generado controversia durante décadas, el océano Austral cumple con las características necesarias para ser nombrado así. ¡Y no nos cae nada mal otro océano en el mundo!
Según los navegantes que han pasado por ahí, el lugar donde yace este océano es espectacular. “Cualquiera que haya estado en ese sitio tendrá dificultades para explicar qué tiene de fascinante, pero todos estarán de acuerdo en que los glaciares son más azules, el aire es más frío, las montañas son más intimidantes y los paisajes son más cautivadores que en cualquier otro lugar al que puedas ir”, dijo Seth Sykora-Bodie, científico marino de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en Inglés) y Explorador de National Geographic, a NatGeo.
¿Cómo el océano Austral influye en el cambio climático?
En realidad, el océano Austral fue reconocido por primera vez por la Organización Hidrográfica Internacional (OHI) en 1937. Sin embargo, perdió esta designación en 1953. Hasta este mes que recuperó su lugar como océano.
¿En qué se diferencia de los cuatro océanos anteriores? Fácil. Estos se delimitan con los continentes alrededor. Mientras que el océano Austral se mantiene en su sitio gracias a la Corriente Circumpolar Antártica; es decir, la que más agua transporta. Su agua es mucho más fría y menos salada que los océanos cercanos.
Lo positivo de este nuevo hallazgo es saber que el planeta aún tiene esperanza; contribuye a almacenar carbono en sus profundidades y además impulsa la cinta transportadora oceánica, lo cual ayuda a controlar el cambio climático al regular el calor.
Además, el océano Austral da refugio a varios ecosistemas marinos. Entre ellos, el archipiélago de Georgia del Sur, un territorio con pingüinos, lobos marinos, aves y ballenas jorobadas.
Larga vida al océano Austral y a nuestro hermoso planeta.
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