Para nutrir nuestro cuerpo debemos tomar en cuenta los alimentos que comemos, y también nuestras emociones, pensamientos, vivencias y acciones.
Nos han enseñado que la nutrición es el proceso biológico mediante el cual los organismos asimilan los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el mantenimiento y el crecimiento de sus funciones vitales. Pero, ¿realmente la nutrición depende solamente de lo que comemos y bebemos? ¡No!
Hay muchas cosas más que definen qué tan bien vamos a asimilar los alimentos. Somos mente, cuerpo y alma; y lo que nutre o desnutre una de las partes, nutre o desnutre el todo.
Todo lo que comemos, vivimos, pensamos y sentimos, impacta la forma en la que asimilamos los alimentos.
Porque 50% de nuestra nutrición depende de lo que comemos, y 50% depende de qué tipo de comedor somos. Todos somos comedores porque todos comemos.
Nuestras emociones impactan nuestra nutrición
Cuando vivimos con mucha tensión dejamos de asimilar bien los nutrientes de la comida. El estrés cierra parcialmente el sistema digestivo, por lo que no asimilamos ni digerimos bien la comida.
Así, el reflujo, la acidez y muchos de nuestros problemas digestivos, son resultado del estrés. Además, éste hace que tengamos antojos muy fuertes de azúcar o de alimentos que se transforman en azúcar (como la pasta, el pan, etcétera). Obviamente esos antojos impactan nuestra nutrición y nuestro peso.
En gran parte, nuestra nutrición depende de nuestro nivel de estrés.
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Nuestros pensamientos también impactan nuestra nutrición
Desde el momento en el que pensamos en comer, nuestro cuerpo se va preparando para recibir la comida; esto es la fase cefálica de la digestión. Si, por ejemplo, comemos con culpa, no vamos a disfrutar de la comida, y al no disfrutarla, ésta no nos nutre.
¡Sí!, disfrutar de nuestra comida es indispensable para estar bien nutridos.
En un estudio se le dio a varias mujeres su comida favorita, al 50% de ellas se les dio licuada y al otro 50% se les dio entera. Cuando analizaron la absorción de nutrientes de cada grupo, se dieron cuenta de que quienes habían comido sus alimentos licuados, además de que no los disfrutaron, habían asimilado muy pocos nutrientes.
Por otro lado, quienes recibieron exactamente la misma comida, pero entera como acostumbran comerla, asimilaron muchos más nutrientes, porque este grupo sí disfrutó de su comida favorita.
En conclusión
La nutrición es un proceso biológico que sí depende de nuestros alimentos, y también de nuestras emociones, vivencias y pensamientos.
Debemos buscar que nuestra nutrición sea holística. Es decir, que tomemos en cuenta que además de la comida, todo lo que pasa en nuestra vida tiene un impacto importante en nuestro cuerpo y en nuestra salud.
Sobre Renata Herrera
Renata Herrera es profesional en Psicología de la Alimentación y en Nutrición Integral; especializada en Control de Peso y en Salud Hormonal. Síguela en su Instagram: @bienestarinfinito