Nueva Zelanda lo ha dicho: no hay ni un solo caso de coronavirus en su territorio, e incluso ya juegan partidos de rugby. ¿Cómo lo lograron?
Seguramente has oído que en Nueva Zelanda se filmó la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos o sabes que su equipo nacional de rugby, los All Blacks, bailan el haka antes de los partidos. Pero nunca te imaginaste que este país, el noveno más feliz del mundo según la ONU, sería el primero en no tener casos activos de Covid-19.
La primera ministra, Jacinda Ardern, quien ha sido alabada internacionalmente por su gestión de la pandemia, anunció la semana pasada que los kiwis, como se les conoce popularmente a los habitantes de ese país, ya pueden movilizarse sin restricciones, hacer ejercicio, organizar reuniones sin límite de asistentes, y hacer viajes domésticos. Incluso este fin de semana tuvo lugar el primer torneo de rugby, lo cual causó la emoción incluso de la popular líder de Nueva Zelanda.
Aun así, Arden pidió a sus ciudadanos no bajar la guardia y continuar con el lavado de manos, el uso del gel antibacterial y el tapabocas.
¿Cómo lo lograron?
Además de que es un país alejado de prácticamente todo el mundo y con poca gente (4.7 millones de habitantes), el hecho de ser una isla le permitió tener más control sobre el ingreso a su territorio. Esto, junto con sus medidas de restricción, unas de las más estrictas implementadas en el mundo, permitieron al país controlar la propagación del virus.
Confinamiento estricto
El 15 de marzo, cuando Nueva Zelanda tenía solamente 100 casos confirmados y ninguna muerte, cerró sus fronteras a viajeros extranjeros y estableció una cuarentena de 14 días para todas las personas.
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Unos días después introdujo medidas estrictas de confinamiento total: solamente las tiendas de abarrotes, las farmacias, los hospitales y las estaciones de servicio podían permanecer abiertos; los viajes en vehículos estaban restringidos y la interacción social se limitaba a dentro de los hogares. Estas medidas evitaron la propagación temprana del virus, con lo que el país ubicado en Oceanía obtuvo tiempo a su favor.
Incremento en los tests de detección de la enfermedad
Gracias al cerco del confinamiento, los rastreadores del gobierno podían localizar con mayor facilidad a las personas que necesitaban aislarse, así como a quienes tuvieron contacto con ellas. El país llegó a procesar hasta 8,000 pruebas al día, una de las tasas de prueba per cápita más altas del mundo.
Comunicación clara y efectiva
Previo a implementar el confinamiento de 14 días, el gobierno envió mensajes de texto a sus ciudadanos donde los invitaba a permanecer en un lugar a partir de ese momento ya que el país dependía de ellos.
La idea era analizar en dos semanas si el bloqueo estaba siendo positivo. Pasado este tiempo, así lo comunicaron, junto con mensajes de priorización de la salud en conferencias de prensa diarias de la Primera Ministra, lo que ayudó a que el público entendiera y aceptara la situación.
Además de ejemplo para el mundo en la gestión de la pandemia del Covid-19, Nueva Zelanda destaca por sus políticas en protección al medio ambiente, la igualdad y los derechos humanos. ¡Además, es una gran opción para turismo sustentable y sus paisajes te encantarán!