Reino Unido presentó una investigación en la que los niños que viven cerca de un bosque desarrollan emociones más positivas en su vida.
Vivir cerca del bosque aumenta las posibilidades de que realicemos alguna actividad física. Pues naturalmente, un espacio agradable nos motiva a salir a ejercitarnos.
Además, un estudio reciente realizado en Reino Unido reveló que el contacto constante con los árboles trae beneficios directos al cerebro de los niños. De la misma manera que el follaje, las células en el cerebro de los niños se ramifican si pasan más tiempo en contacto con entornos donde la vegetación abunda.
Si se acostumbra a los niños desde pequeñitos a pasar tiempo afuera o visitando áreas verdes, el desempeño cognitivo y la salud mental al llegar a la adolescencia son mucho más sanos que el adulto promedio. Durante la investigación, más de 3 mil 500 estudiantes de entre 9 y 15 años, pasaron más tiempo cerca de los árboles.
Los resultados del estudio se publicaron en Nature Sustainability y demuestra que los niños que viven más cerca de un bosque parecen más resistentes a la depresión.
¿Qué beneficios nos brindan los bosques?
Los bosques bombean el oxígeno que necesitamos para vivir y absorben el dióxido de carbono que exhalamos (o emitimos). Se estima que un solo árbol maduro y frondoso produce un suministro diario de oxígeno para entre 2 y 10 personas. Los bosques nos brindan refugio, medio de vida, agua, alimentos y combustible.
¿Cuáles son las ventajas de vivir cerca de la naturaleza?
Es bien sabido que el principal beneficio es para la salud, ya que se reduce el estrés y se refuerza el sistema inmunológico.
Realizar una actividad al aire libre te ayuda a desconectarte y minimiza la fatiga mental.
Por otra parte, muchas investigaciones han dado como resultado que pasar tiempo en la naturaleza nos protege contra diversas enfermedades. Estar en contacto con los árboles y plantas nos relaja y actúa como una inyección de energía que ayuda a evitar enfermedades cardiovasculares, respiratorias, mentales y musculares.
Otros beneficios que se obtienen son: engrandece la creatividad, aumenta la concentración, la autoestima y el autocontrol.
Los colores y sonidos de la naturaleza estimulan la abstracción y facilitan la meditación, lo que permite aprender a escucharnos a nosotros mismos y a reflexionar.
¿Qué esperas? Así como los niños son más felices si están cerca de un bosque, lánzate tú al más cercano y verás la diferencia.
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