Un nuevo estudio utilizó la tecnología láser para revelar detalles nunca antes vistos de Nan Madol, la ciudad fantasma Megalítica ubicada en Micronesia.
Nan Madol: La ciudad fantasma Megalítica ubicada en Micronesia, ha sido un enigma para los arqueólogos durante décadas.
Sin embargo, gracias a la avanzada tecnología láser, investigadores han revelado nuevos detalles de esta misteriosa construcción.
Estudios recientes señalan que la ciudad fantasma Megalítica fue construida por una sociedad altamente organizada, dominando técnicas de ingeniería hidráulica y construcción en piedra.
Además, Nan Madol revela una compleja red de canales y estructuras arquitectónicas que sugieren una avanzada civilización.
La tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging) ha permitido crear mapas detallados de la ciudad fantasma Megalítica, revelando secretos que habían permanecido ocultos durante siglos. Nan Madol es un testimonio del ingenio humano y un recordatorio de civilizaciones antiguas que aún guardan muchos misterios.
LiDAR: el aliado de la arqueología
Gracias al uso de LiDAR, los científicos han podido penetrar la densa vegetación que cubre la isla Nan Madol y crear mapas tridimensionales de alta resolución en la también conocida como la “Venecia del Pacífico”.
Estas imágenes detalladas han revelado una compleja red de canales, muros de contención y estructuras arquitectónicas que sugieren una avanzada ingeniería hidráulica.
Además, se han identificado nuevas evidencias de asentamientos y actividades agrícolas, lo que brinda una visión más completa de la vida cotidiana en esta antigua ciudad.
Ciudad megalítica objeto de teorías
El éxito de este proyecto demuestra el potencial de la tecnología láser para transformar la arqueología. Al permitir a los investigadores explorar sitios arqueológicos de forma no invasiva y con una precisión sin precedentes. Esta herramienta está abriendo nuevas vías para el estudio del pasado.
Se espera que futuros estudios utilizando LiDAR revelen aún más secretos sobre Nan Madol y otras civilizaciones antiguas. A medida que la tecnología avanza, nuestra comprensión del mundo antiguo continúa evolucionando.
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