Recordamos los pasos de Muhammad Ali, un hombre que alzó la voz a favor de la comunidad afroamericana y buscó la inclusión.
Se cumplen cinco años de la muerte de un icono del boxeo en toda la extensión de la palabra: Muhammad Ali, una persona que aprovechó su voz para luchar en contra del racismo y la desigualdad en Estados Unidos.
Nació el 17 de enero de 1942 en Louisville, Kentucky con el nombre de Cassius Clay, un niño rebelde que creció entre la segregación y la pobreza.
El inicio de su carrera en el boxeo sucedió por azar, cuando un día fue a la estación de policía a denunciar el robo de su bicicleta.
Fue el policía que lo atendió, Joe Martin, quien encargó de introducirlo al mundo del boxeo y de entrenarlo. Con solo 18 años de edad, en Roma, Italia se convirtió en Campeón Olímpico y dos meses después inició su rápido ascenso hacia los cuadriláteros profesionales.
Con 31 victorias consecutivas, comenzó a escribir su historia con emancipación y orgullo. “Soy el más grande, soy el rey del mundo!”, decía, al igual que la frase: “Cuando eres tan grande como yo es difícil ser humilde”.
Muhammad Ali murió el viernes 3 de junio de 2016 a los 74 años de edad, luego de haber vivido por 32 años con Parkinson, una enfermedad que lo retiró demasiado pronto de las peleas.
Muhammad Ali, su activismo y la lucha por la igualdad
Aunque él mismo no se definía como un activista, sino como una persona furiosa ante la desigualdad, lo cierto es que Muhammad Ali fue un referente para toda una generación de jóvenes que, como él, buscaban otra realidad.
Cuando tenía apenas 25 años de edad, Muhammad Ali se negó a enlistarse en el Ejército de Estados Unidos que combatió en la Guerra de Vietnam, por lo que fue condenado a prisión. Finalmente, logró no ir a la cárcel, pero se le impidió boxear por tres años.
Este fue apenas el comienzo de una larga vida de defender sus derechos y defender su punto de vista, siempre a favor de la inclusión y en contra de la violencia.
El 28 de junio de 1971 la Corte Suprema de Estados Unidos revocó el cargo de evasión de reclutamiento y Muhaammad Ali pudo pelear de nuevo.
En su primera pelea después de este castigo (y que por supuesto ganó), alzó el puño a favor de la igualdad racial y el orgullo de saberse una leyenda afroamericana.
En varias ocasiones, condenó el racismo en Estados Unidos, incluso durante entrevistas, donde aprovechaba para recordar, con orgullo aunque con resentimiento, la segregación y marginación en la que creció.
Una leyenda con problemas financieros
Pese a haber sido uno de los personajes más idolatrados del mundo entero (el periodista Guy Talese escribió una de las crónicas periodísticas más relevantes de la historia, centrada en la vida de Muhammad Ali), esta estrella del ring no tuvo la misma suerte en el dinero.
Como sucede a menudo, Muhammad Ali invirtió en negocios que no prosperaron y ahí perdió buena parte de su fortuna. También, varias personas cercanas a su administración lo defraudaron.
Cuando los médicos lo diagnosticaron con Parkinson, al principio se negó a retirarse y se aferró a tener dos peleas más: una ante Larry Holmes, el 2 de octubre de 1980, y otra ante Trevor Berbick, el 11 de diciembre de 1981. Ambos duelos los perdió.
Tras saber de su padecimiento de Parkinson, Muhammad Ali viajó por el mundo: visitó Cuba, Afganistán o Sudáfrica, donde visitó a Nelson Mandela, quien estaba encarcelado por luchar contra la segregación racial.
Se encargó de encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y, a finales de los 90, apoyó a su hija Laila a iniciarse en el boxeo (cosa poco común en una época donde aún se consideraba que era un deporte para hombres).
Su funeral fue el 10 de junio en su natal Louisville, Kentucky, donde el aeropuerto lleva su nombre, el nombre de un hombre que nació para ser libre y que alzó la voz para que otros afroamericanos también pudieran serlo.
También te recomendamos: George Floyd. A un año de su muerte, ¿qué tanto hemos evolucionado como humanidad?
Suscríbete aquí a nuestro newsletter semanal y recibe buenas noticias directamente en tu correo electrónico.