El Dr. Francisco Suárez Hernández reflexiona respecto de aquello que se requiere para que México se dirija a un camino sostenible.
En muchos foros y encuentros internacionales ambientales, he recibido grandes elogios de México. De nuestras riquezas naturales, costas, región rica en potencial de generación de energía renovable, gran diversidad de ecosistemas, flora y fauna, y una inigualable riqueza cultural. Y no es para menos. Somos uno de los países con mayor número de especies en el mundo. Se estima que tan solo en México se encuentra representado el 12% de la biodiversidad terrestre del planeta. Ocupamos el segundo lugar en mayor cantidad de reptiles, el tercero en mamíferos, y el quinto en anfibios y plantas. Pero para que México sea un país sostenible es necesario un esfuerzo multi-sectorial. El desarrollo sostenible debe ser en paralelo el crecimiento cuidando el medio ambiente, y un desarrollo socialmente justo.
Requerimos crecer bajo uso de energías renovables, y tener un plan alineado a las metas de Desarrollo Sostenible de la ONU. Debe ser un compromiso de todos los niveles de gobierno, y contar con la granularidad de cada municipio, que son las piezas claves para lograr tener un mapa sostenible al 100% de todo el país.
En columnas anteriores he compartido ejemplos de acciones que es recomendable establecer como prácticas no negociables, y jamás perder. Tal es el caso del uso responsable, y eficiente de recursos naturales, principalmente el agua. Así como el uso de energías verdes, y tecnologías limpias deben ser prioritarios.
Proteger la diversidad y el patrimonio, claves para un México más sostenible
Resulta fundamental la protección de la biodiversidad, y preservar tanto el patrimonio natural, como humano; afortunadamente si tenemos mejores prácticas de estrecha colaboración entre la sociedad civil, los gobiernos nacionales e internacionales, y el sector privado, muestra de esto es el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, (FMCN*), la cual es una institución privada sin fines de lucro que por más de 25 años ha canalizado recursos financieros, vinculando a organizaciones, y sociedad civil organizada, cuyo objetivo está basado en proteger la riqueza natural del país.
Es uno de los fondos ambientales más grandes, y efectivos de América Latina y el Caribe, y sin duda un ejemplo de una organización modelo en la búsqueda de nuevas herramientas, y mecanismos de conservación, la promoción del intercambio de información, y la identificación de áreas de oportunidad para contribuir al uso positivo de nuestro capital natural; por lo que requerimos muchos más esfuerzos como el FMCN, en cada sector para realmente lograr la escala de acciones a favor del planeta.
Reparar los daños, y efectos negativos que hemos provocado al medio ambiente aún es posible, al igual que rescatar y proteger la flora y la fauna. Para ello, el respaldo científico es fundamental. Se debe integrar a especialistas en iniciativas público y privadas, así como apoyar a la comunidad en conjunto, salvar especies, preservar ecosistemas, reforestar, restaurar el suelo, entre cientos de acciones más requeridas, donde todo ciudadano solidario debe estar involucrado.
¿Qué falta por hacer?
Por otra parte, promover y proteger el campo resulta también esencial, pero de manera sostenible y planeada. Un paso clave de la sostenibilidad reside en el campo. Una práctica ancestral que todavía requerimos mejorar e implementar muchas mejores prácticas de uso de agua, riego y agricultura regenerativa, donde es simplemente focalizar el cuidado del suelo.
Como extensión territorial somos por mucho, afortunados en riqueza natural, pero, ¿por qué no logramos el liderazgo en sostenibilidad? Y la respuesta es que no debe ser un tema de moda, o de sexenios, tiene que estar en la cultura, y ADN de todos como individuos, y no puede importar de que partido político o industria participas, debemos todos ser embajadores del medio ambiente, y podemos dar mucho más en todo; es un cambio de chip a una de mentalidad sostenible, y dejar este chip blindado de todo tipo de virus, para no perder el rumbo que siempre debe ser a favor de la humanidad y el planeta. En México tenemos todo el potencial de ser líderes en todo lo que nos fijemos y un pilar es tener el 100% de ciudadanos solidarios sostenibles.
Sobre el autor:
El Dr. Francisco Suárez Hernández es director General de AdeS para América Latina y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center. Francisco es un apasionado de la sostenibilidad y fue el primer Latino en ser Presidente del Centro Mundial del Medio Ambiente 2015-2018 (WEC). En 2020, la junta directiva de WEC votó por unanimidad para elegirlo Director Emérito, en reconocimiento a sus muchos años de servicio dedicado. En el año 2020 fue reconocido como uno de los 100 Latinos más influyentes ante la crisis climática por la Organización Sachamama.
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