Descubre Nato Experiences: experiencias al aire libre para un público no experto y amante de la naturaleza.
Omar Hernández tiene más de 18 años de experiencia en la industria turística. Ha representado destinos del exterior en México y grandes cadenas hoteleras. Y fue en plena pandemia cuando eligió fundar Nato Experiences. Esta agencia nació con el propósito de hacer más accesibles al público no profesional experiencias de montañismo, cañonismo, rappel, vuelos en globo, parapente…
Aprender de la naturaleza
“Sobre todo, es un proyecto que busca acercar a la naturaleza, aprender de ella y respetarla. Buscamos abrir una brecha entre el cliente que ya hace estas actividades con frecuencia e incluir a nuevos aventureros y principiantes en nuestra experiencias. Somos muchos los que buscamos ir a la montaña, y disfrutamos del contacto con la naturaleza, pero no nos animamos. Creemos que son prácticas de riesgo, o que exigen una condición física perfecta”, explica el alma mater de Nato Experiences.
Pero según Omar, esta percepción no es real: “hay experiencias de ciclismo de montaña, campismo, senderismo, etc, que son para principiantes. Y yo quiero acercar a este público a estas experiencias, que incluyan visitas al destino en cuestión, a los pueblos mágicos cercanos a las zonas a las que vamos”.
Menú de experiencias
Entre los destinos que Nato Experiences eligió para desarrollar sus actividades figuran el Cerro San Miguel, en la CDMX e Ixtapán de la Sal (hay dos rutas, una de 5 km y otra de 12 km). Otra experiencia en Ixtapán de la Sal que enamora a muchos es la que propone una meditación guiada en una cascada y caminata consciente. Y que incluye una visita a una comunidad ubicada entre el Estado de México y la Sierra de Guerrero.
La caminata en Sendero del agua, en Tepoztlán, es el programa perfecto para hacer en pareja. Y la aventura en Via Ferrata (a 15 minutos de Mineral del Chico, en Hidalgo), propone alcanzar la cima de La Tanda. Todo esto con ayuda de instalaciones de acero como escalerillas, huellas, pasamanos, puentes colgantes. “Durante los 400 metros de la ruta siempre permanecemos anclados a un cable de acero que guía la ruta, por lo que es una actividad muy segura”, explica Omar.
Otro plan para hacer de a dos es el camping en una propiedad privada de 12 hectáreas, con cascadas, ríos y cañadas, frente al Iztaccíhutl y el Popocatépetl. “Una noche distinta. Alejados del bullicio asfáltico y las comodidades del hogar, para disfrutar del lujo de dormir bajo una cobija de estrellas, frente a una fogata y amanecer con un cafe en ese escenario”, propone Nato Experiences.
Otro dato a tener en cuenta en estos tiempos difíciles es que estas actividades al aire libre reducen muchísimo el riesgo de contagio. Se realizan en grupos reducidos -familias, amigos, parejas, etc- “y tenemos guías muy experimentados en cada lugar al que vamos”, agrega el artífice de este emprendimiento.
Una marca mexicana que en tiempos inciertos ha sabido desarrollar un nicho poco explorado: el del público no experto que sin embargo se encuentra ávido por realizar actividades en comunión con la naturaleza.
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