Hotel Monte Uzulu es el destino de lujo sostenible y perfecto para unas vacaciones de ensueño. Visita su restaurante Temporada, con menú orgánico.
Cada vez más viajeros quieren conciliar sus principios con sus destinos. Y la conciencia ecológica y sostenible es prioridad hoy para el mundo. En este contexto nace el Hotel Monte Uzulu, un paraíso de lujo sostenible enclavado en el Pacífico oaxaqueño, en la pequeña población pesquera de San Agustinillo. El hotel boutique forma parte natural del entorno y sus pobladores originarios.
Con el objetivo de cuidar y preservar el entorno natural, la arquitectura y la distribución de los espacios se adaptan al terreno. Además, el espacio está diseñado para que reine la paz y tranquilidad, con acento en la arquitectura local y un interiorismo que se basa en lo elemental, para transmitir la experiencia de estar en la naturaleza.
Minimalista, bohemio y artesanal
Las 11 suites son minimalistas y bohemias. Están construidas con materiales naturales y técnicas artesanales, como los techos de palapa. El diseño aprovecha la orientación frente al mar para regalar panorámicas de ensueño. Los detalles son un homenaje a los oficios manuales de México, como las lámparas de paja y la cestería de Michoacán, el mobiliario en madera tallado por ebanistas oaxaqueños, los textiles de algodón de Teotitlán del Valle y los acabados de cal y barro en los muros. Un lujo sostenible y consciente.
Destaca también la gama de cuidado personal, elaborada especialmente para el hotel, con fórmulas biodegradables con aceites esenciales. Sobra decir, que el respeto por la vida silvestre es un compromiso de la estancia. La utilización de materiales endémicos en la edificación y la disposición de avanzados sistemas de captación pluvial y tratamiento de aguas, garantizan la sustentabilidad de los servicios.
Temporada, alquimia gourmet
Además, el hotel incluye un restaurante ad hoc con el espíritu y filosofía del lugar. Temporada ofrece platillos con ingredientes de estación orgánicos de productores locales. También se enfoca en las recetas tradicionales con un toque de alquimia gourmet. Su menú se elabora con alimentos provenientes de plantaciones cercanas de producción sostenible –ubicadas en un radio de distancia máximo de 100 millas–.
El restaurante prioriza la rigurosa trazabilidad de sus insumos. Además de usar los productos del huerto del hotel, se han establecido lazos con productores regionales de verduras, hortalizas, frutas y café. El pescado también es de la zona. El menú incluye platillos tradicionales como las picaditas a base de maíz morado, servidas con una salsa molcajeteada de tomate tatemado al mezcal. Puedes encontrar el pan montado de plátano o la granola al carbón, acompañados con papaya de Chacahuita.
Los entrantes dan protagonismo a los vegetales con el guacamole con fruto místico de coco y cacahuate tostado. Puedes elegir hummus de habas doradas y garbanzo crujiente con salsa tahini de ajonjolí regional y champiñones a la mantequilla.
Delicias costeñas
Los platos principales resaltan los sabores del mar: ceviche de pescado perfumado con hierba hoja santa; la lonja de pescado con piel dorada y crujiente, sobre una cama de salsa de naranja, jalapeños verdes y cebolla caramelizada. Otra gran elección es el filete de pescado en salsa de tamarindo salvaje con croquetas de yuca crujiente. Una suculenta muestra que reinterpreta la cocina costeña más auténtica.
En los postres, no dejes de pedir la piña al carbón con helado de coco o los plátanos cocinados al carbón con quenelle de crême fraîche hecha en casa.
Además, los visitantes de Monte Uzulu pueden reservar sesiones privadas de meditación, yoga, servicios de masajes y temazcal y lecciones de surf. También pueden concertar actividades complementarias como visitas a las fincas cafetaleras, caminatas por la sierra o descubrir la laguna bioluminiscente de Manialtepec.
La conceptualización y desarrollo del proyecto de lujo sostenible estuvo a cargo de Alan V. Favero de Taller LU´UM. La arquitectura es de Mariana Ruiz de la oficina de arquitectura At-te. Y El diseño de iluminación a Paola Jose de Sombra Studio. Además, se contó con la colaboración de diferentes profesionales y grupos de artesanos, para cristalizar una experiencia de confort sustentable y de bajo impacto ambiental.
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