Las personas discapacitadas a menudo han sido consideradas menos valiosas debido a lo que pueden y no pueden hacer, y muchas veces se comparan con los animales.
Cuando inicié a cambiar mis hábitos y adentrarme en el veganismo, nunca imaginé poder aprender de tantos temas tan distintos y que hubiera tantas similitudes entre movimientos de justicia social. El capacitismo es un prejuicio social contra las personas con discapacidad y conlleva suposiciones de lo que pueden hacer y cómo puede ser su vida. Lo cual puede conducir a la discriminación, como la falta de trabajos y educación. Y el especismo es una forma de discriminación basada en la pertenencia a una especie. Estos prejuicios generan sistemas de opresión que valoran una forma de encarnación sobre otra.
No comprendí la relación y las muchas conexiones entre el capacitismo y el especismo hasta que leí el libro de Sunaura Taylor “Beasts of Burden”. Sunaura Taylor es una artista, escritora y activista por los derechos de las personas con discapacidad y los animales. En su libro, menciona que diversas estadísticas muestran que las personas discapacitadas representan entre el 15 y el 20 por ciento de la población mundial, son la mayor minoría del mundo. Y también habla sobre las conexiones que hay entre el movimiento por los derechos de las personas con discapacidades y por los derechos de los animales.
Las vidas de los animales no son desechables
Como personas que vivimos en un mundo capacitista, lo más probable es que hayamos pensado en términos capacitistas sin ni siquiera darnos cuenta. Las personas discapacitadas a menudo han sido degradadas y consideradas menos valiosas debido a lo que pueden y no pueden hacer y muchas veces comparadas con los animales, por lo tanto “animalizadas”. Esto conlleva un gran riesgo para sus vidas, ya que las vidas de los animales, en su mayoría, se consideran “desechables”.
Los animales a menudo se consideran menos dignos, porque de acuerdo a las normas “humanas” son menos capaces. No hablan idiomas humanos a la perfección, ni tampoco hacen matemáticas en un alto grado. Por lo tanto, no solo las personas discapacitadas sufren de capacitismo, también los animales. Cuando Taylor presentó este argumento, fue acusada de compararse con un animal y degradarse a sí misma, como si no tuviera orgullo por su discapacidad y aceptación de su cuerpo. Para ello, respondió cuidadosamente que en realidad estaba señalando la fuente de opresión: El capacitismo como un mecanismo para valorar algunas capacidades y no otras, y de ordenar el valor de la vida en base a eso.
En su libro también menciona que cuando estaba pintando un cuadro de gallinas que iban transportadas en un camión, se dio cuenta de que los animales de granja se crían para ser discapacitados. Sus discapacidades o super capacidades se seleccionan para atender mejor al mercado. En la industria de los pollos, se les cría por su enorme pechuga, que provoca malformaciones en sus huesos.
Darnos cuenta de cómo funciona el poder y la opresión, es útil en nuestras muchas luchas por la justicia. Deberíamos desafiar la idea de que alguna habilidad le da más valor a la vida, tanto en animales humanos como no humanos. Trabajemos por un mundo que pueda captar la complejidad y apreciar la diferencia. Más información sobre el tema da clic en este link.
Sobre la autora
Jessica González Castro, autora de esta columna, es Directora en México de Generación Vegana (Gen V). Estudió la licenciatura en Administración de Empresas de Hospitalidad en la Universidad del Valle de México. Es fundadora del primer centro comunitario vegano en México, Casa Animal. Fundadora de Cocinar para Liberar, un proyecto que se encarga de que más negocios y hoteles tengan opciones a base de plantas en sus menús. Feminista Interseccional.
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