El impacto ambiental generado por el coronavirus es evidente a largo plazo. Estas son las enseñanzas para una ciudad saludable y sustentable en el futuro.
Aunque la pandemia del coronavirus ha generado una caída histórica en las emisiones de CO2, los animales caminen felizmente por las ciudades y la Tierra vibre menos; las acciones para aminorar la crisis climática se han quedado rezagadas. Expertos también han señalado que los impactos positivos visibles son temporales pues son consecuencia de la desaceleración económica.
Ante este panorama, lo importante es buscar generar un cambio positivo en el mundo y específicamente, en nuestra ciudad. Pero, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestro planeta y vivir en ciudades saludables y sustentables?
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Estas son las enseñanzas que nos deja la pandemia y que debemos aplicar en nuestras ciudades.
- Reducir el uso del auto
En el mundo hay alrededor de 1,000 millones de autos y el número va en aumento. Los automóviles eléctricos podrían ser la solución pero no responden a la falta de actividad física. Pequeños viajes con solo un conductor podrían recorrerse en medios de transporte alternativos. La bicicleta, por ejemplo, ofrece ventajas a la salud, además no causa contaminación, utiliza menos espacio e incrementa la felicidad.
- Espacios verdes en las ciudades
Los jardines en las ciudades tienen beneficios evidentes como la captación de CO2, la compensación de las emisiones de carbono y la reducción de la contaminación. Estos cambios nos ofrecen beneficios para la salud como un mejor funcionamiento cognitivo, mejor estado de ánimo y una esperanza de vida más larga.
- Equidad
Los riesgos ambientales y factores de estilo de vida, no siempre se distribuyen de manera equitativa en las ciudades. En cualquier medida y acción tomada para un futuro mejor se debe considerar la igualdad.
- Planear cambios
Existe un camino largo por recorrer para lograr ciudades sostenibles y más saludables, y se debe en gran medida a que no existen protocolos de actuación o un concepto claro de lo que esto significa. Algunas ciudades, por ejemplo, buscan prescindir de los autos para mejorar la habitabilidad y la salud de los habitantes. Hamburgo planea que dejen de circular en 2034.
- Participación ciudadana y colaboración
Escuchar la voz de la comunidad es necesario para una planificación urbana y de transporte, así como una colaboración entre planificadores, profesionales de la salud, urbanistas y otros expertos. Esto le dará un gran enfoque a cualquier ciudad.