Diversos factores ponen en riesgo a los oceános, los pulmones de nuestro planeta. La magnitud del problema demanda una respuesta global
Por Flor Aydeé Rodríguez Campos
- Algo está claro, la concienciación sobre la importancia de los océanos debe ser prioridad en las Agendas de Gobierno de todos los Estados. Las políticas públicas deben estar encaminadas a salvaguardar estos ecosistemas.
- La Agenda 2030 de Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en específico el objetivo 14, nos obliga a mejorar la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos aplicando no solo prácticas, mecanismos o leyes locales, sino el Derecho Internacional contenido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Los océanos cubren las tres cuartas partes de la superficie de nuestro planeta, contienen el 97 por ciento del agua del planeta y representan el 99 por ciento de la superficie habitable del mismo en volumen. Ya decía el escritor Arthur C. Clarke: “Qué inapropiado llamar a este planeta Tierra, cuando es claramente océano”.
Éstos tienen un papel fundamental pues nos brindan desde el oxígeno que respiramos, hasta el alimento que día a día tenemos en nuestros hogares. Son ellos quienes hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. Sin embargo, muchos son los factores que ponen en riesgo la salud de los pulmones de nuestro planeta y la magnitud del problema demanda una respuesta global.
En las ultimas décadas, los océanos se han visto afectados por el calentamiento global. El aumento de las temperaturas ha impactado en los océanos produciendo el calentamiento del agua y como consecuencia de este fenómeno se han observado alteraciones en los patrones de migración de las especies marinas.
Además, los glaciares del Ártico se derriten, creando el aumento del nivel mar. Se estiman unos tres milímetros por año, y la desaparición del hábitat natural de ciertas especies como los osos polares, morsas o focas.
Los océanos absorben alrededor del 30 por ciento del CO2 emitido por el ser humano. Como resultado, estos cuerpos de agua se acidifican y provocan cambios en los ecosistemas y pérdida de biodiversidad. También absorben gran parte de la energía sobrante en el sistema climático, con consecuencias terribles que contribuyen a la formación de huracanes más potentes o a la intensificación de las lluvias.
Uno de los grandes factores que contribuyen a la contaminación de los océanos son los residuos que tiramos en las playas, ríos, lagunas, etc. La mayoría de estos residuos son plásticos: alrededor de 13 millones de toneladas por año y se estima que para el 2050 nuestros océanos tendrán más plástico que peces. El viento y las corrientes marinas hacen que todos estos residuos se agrupen en lugares específicos llamados “islas de basura”, situadas en cada uno de los principales giros oceánicos, por lo tanto, existen cinco parches de basura en nuestro planeta.
El parche más grande se encuentra en el Pacífico Norte, entre Hawái y California, y es conocido como Vórtex o giro de la basura del Pacífico. Se estima que la superficie de esta isla de basura es 16 veces más grande de lo que se pensaba, pues llega a medir 1.6 millones de kilómetros cuadrados, el equivalente a tres veces la superficie de Francia. El parche de basura del Pacífico fue descubierto en 1997 por el oceanógrafo Charles Moore cuando navegaba hacia su casa, en el sur de California, tras terminar la ruta de California a Hawai.
Este parche contiene 1.8 billones de piezas de plástico y pesa 80 mil toneladas. Cerca de la mitad son redes de pesca y la otra mitad es plástico de un sólo uso. Debido a su composición, el plástico es uno de los elementos que más tiempo tarda en degradarse pero, en ese proceso, se transforma en microplásticos que son consumidos por peces y mamíferos marinos.
Acciones positivas
Boyan Slat, un joven holandés de 25 años, fue Campeón de la Tierra de ONU Medio Ambiente (premio anual que las Naciones Unidas otorga a destacados líderes del gobierno, la sociedad civil y el sector privado cuyas acciones han tenido un impacto positivo en el medio ambiente) por el proyecto The Ocean Cleanup System.
Este proyecto consiste en limpiar los océanos mediante una serie de barreras flotantes, ancladas al fondo marino, en las que el plástico se acumula gracias a las corrientes marinas. Una plataforma alimentada en un 95 por ciento con energía solar lo extrae y, finalmente, se transporta a tierra para ser reciclado. El sistema, asegura Slat, podría eliminar en 10 años la mitad de esos residuos sin perjudicar a la fauna marina. Además, es 33 veces más rápido que los métodos convencionales. Este proyecto parece ser una solución loable para limpiar la isla de basura del Pacífico.
- Actualmente en el mundo sólo se recicla el 9 por ciento de los plásticos, un porcentaje insuficiente para acabar con la contaminación por plástico en los océanos.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial debemos tener en cuenta ocho aspectos fundamentales para combatir el fatal destino de los océanos y mares: reducir nuestra dependencia plástica, mayor responsabilidad del productor para cumplir con los requisitos de fabricación, aumentar las tasas e impuestos sobre plásticos contaminantes, mejorar la gestión de residuos para que no sean excesivos, establecer un acuerdo internacional con objetivos firmes y plazos para la implementación de una “visión cero para el plástico oceánico”; aumentar la vigilancia sobre los efectos negativos, detener el flujo de residuos de plástico en el mar y aumentar los fondos para la limpieza.
A estos ocho aspectos fundamentales señalados por el Foro Económico Mundial (FMI) se debe sumar el desarrollo de materiales sostenibles. La única manera de disminuir la producción de plástico insostenible sería un cambio mundial en el uso del petróleo, pues aproximadamente el 8 por ciento del uso mundial del petróleo se destina a la fabricación de plásticos. Dicha medida ha sido propuesta por el científico Rolf Halden, director del Centro de Ingeniería de Salud Ambiental del Instituto de Biodiseño en la Universidad del Estado de Arizona.
Más que nunca, es pertinente reflexionar las palabras del Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner: “La basura marina, la basura en nuestros océanos, es un síntoma de nuestra sociedad desechable y el enfoque de cómo usamos nuestros recursos naturales”. El cambio sólo se puede lograr si colaboramos.
Fuentes:
- Agencia Europea del Medio Ambiente
- Foro Económico Mundial
- Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS)
- ONU Medio Ambiente
- Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
- Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNDU)
- The Ocean Cleanup
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