Para llegar a la edad adulta bien saludable, debemos comenzar por derribar los mitos sobre el envejecimiento, dice una experta.
Los pensamientos positivos tienen un gran impacto en nuestro cuerpo y nuestra mente. Pero la forma en que pensamos sobre la vejez no suele ser siempre la más amable y, a menudo, nuestros pensamientos no van encaminados a la idea de una vejez saludable.
Una forma de tener una mejor vejez comienza, precisamente, reflexionando en una vejez plena. A medida que nos alejamos de los estereotipos de las personas mayores podremos convertirnos en personas mayores plenas.
Envejecer no es sinónimo de declive
En su libro Breaking the Age Code: How Your Beliefs About Aging Determine How Long & Well You Live, la Dra. Becca Levy demuestra que, culturalmente, en occidente tenemos conceptos muy negativos sobre la vejez. Y eso provoca que se perpetúen los estereotipos y que repliquemos estilos de vida incorrectos.
En un estudio que realizó, Levy descubrió que la forma de pensar sobre la edad puede aumentar o disminuir la esperanza de vida hasta en siete años y medio. En su libro asegura que las creencias sobre la edad basadas en la sociedad influyen en nuestra salud y en los marcadores biológicos del envejecimiento.
¿Cómo tener una vejez saludable?
Es cierto que, cuando envejecemos, hay un declive de muchas de nuestras funciones biológicas, tanto físicas como mentales. Pero las cosas no tienen por qué ser tan catastróficas como solemos imaginar. Por lo tanto, sí es posible tener una vejez saludable y digna.
Incluso en su laboratorio, donde realiza pruebas a personas mayores, ha conseguido mejorar el equilibrio, la memoria e incluso sus ganas de vivir por medio del reforzamiento de imágenes positivas sobre ellos mismos.
Por ejemplo, en lugar de hablar de “terquedad”, “enfermedad” o “mal olor”, podríamos conceptualizar la vejez con palabras como “sabiduría” y “creatividad”.
Cuando logramos esto, las cualidades de nuestra salud mental pueden mejorar: la regulación de las emociones, ser más conscientes de las diferentes emociones y aprovecharlas de forma útil. Se ha comprobado que la reflexión sobre la vida aumenta en la edad adulta; es decir, la capacidad de evaluar diferentes partes de nuestras vidas de manera significativa y luego sacar lecciones de ella.
¿Cómo podemos cambiar nuestra visión negativa del envejecimiento?
Uno de los métodos es desarrollar una serie de imágenes diversas y pensamientos positivos del envejecimiento. La propuesta de la especialista es pensar en al menos 5 personas mayores, ejemplos de personas mayores que uno admira. Algunos cercanos —abuelos o familiares— y otros del mundo en general.
Luego, pensar en una o dos cualidades que realmente admiren de esa persona y que les gustaría cultivar y reforzar en sí mismos: humor, ética del trabajo, sentido de la justicia social.
Hay investigaciones que sugieren que una de las mejores maneras de superar los prejuicios y la discriminación hacia la vejez es tener un contacto significativo entre generaciones.
De esta forma, se pueden romper algunas de las ideas erróneas y mitos sobre el envejecimiento al ver ejemplos reales de cómo la gente desafía esas creencias sobre la edad. También hay investigaciones que demuestran que los lugares de trabajo intergeneracionales pueden ser más productivos y más innovadores.
Si conseguimos reforzar los pensamientos positivos sobre la edad, tendremos un efecto dominó que puede influir favorablemente en algunos de esos mecanismos (conductuales, psicológicos y fisiológicos), lo que a su vez podría repercutir en una vejez saludable.
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