Los esfuerzos para que Kenia tenga mucho más beneficios para sus habitantes están dando frutos, con la primera planta solar que instalan en el país.
Si no has tenido la oportunidad de conocer Kenia (África), tal vez imagines a este país como un lugar con extensas planicies llenas de animales. Tal y como nos muestran en las películas o en los documentales.
Lo cierto es que Kenia es un lugar que va más allá. Para empezar, es un gran productor y exportador de café. Y, ahora, cuenta con su primera planta solar.
Gracias a Greenlight Planet Kenya se pudo proporcionar a comunidades de todo el país, energía solar sin conexión a la red. Y se espera expandir a 10 millones de hogares a nivel internacional.
Standard Bank Group, con sede en Johannesburgo; y Citi, con sede en Nueva York, junto con el Reino Unido DFI CDC Group y su homólogo noruego Norfund, cedieron a Kenia una línea de financiación sostenible por 75 millones de dólares.
La compañía es una subsidiaria de Greenlight Planet, con sede en Chicago y oficinas en Nairobi y Mumbai. El cofundador de Greenlight Planet Kenya, Anish Thakkar, explicó en un comunicado que “la primera planta solar de Kenia permitirá que cientos de miles de familias sin conexión a la red, realicen el cambio del queroseno a una energía solar limpia, segura y abundante en la azotea”.
Pero esto no es todo, ante la urgente necesidad de agua potable, el equipo de GivePower, ganador del Premio Mundial del Agua, Mohammed bin Rashid Al Maktoum, inventó una planta desalinizadora que se alimenta de energía solar. Y que cabe dentro de contenedores de transporte estándar.
¿Cómo funciona esta planta solar de Kenia?
Cuenta con una batería que funciona las 24 horas del día para transformar hasta 70 mil litros de agua salobre o salada en agua potable limpia.
El mayor beneficio de este proyecto es que reduce considerablemente las enfermedades transmitidas a través del agua, mientras que la producción de este sistema beneficia a la economía local.
Con su planta solar, Kenia puede ver una luz al final del túnel, ya que sus habitantes dejarán de acarrear agua para sus hogares desde kilómetros. Y es que en este país las desigualdades en el acceso y la baja disponibilidad de este líquido, se agudizan para las personas que viven en asentamientos informales lejanos.
¡Qué buena iniciativa!
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