En 142 años de registros, ningún otro año como 2021 había tenido temperaturas tan altas; una muestra de que el calentamiento global está cobrando factura.
Una prueba más del calentamiento global que estamos viviendo es el último reporte del gobierno estadounidense: julio fue el mes más caluroso de la historia.
De acuerdo con cifras de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), julio suele ser el mes más caluroso del año. Durante el siglo XX la temperatura promedio en este periodo solía ser de 15.8 grados centígrados, pero este 2021 la temperatura subió 1 grado centígrado.
De hecho, este registro superó el récord anterior, que fue en julio de 2016. Lo que convierte a este 2021 en el año más extremo del que se tiene registro en los últimos 142 años.
“Estar en el primer lugar, en este caso, es la peor posición”, dijo Rick Spinrad, gerente de NOAA. “Este nuevo récord se suma al perturbador camino que el calentamiento global ha establecido para el mundo”.
La agencia también indicó que, por medio de registros satelitales, se observó que la extensión del hielo del Ártico este año fue 18% menor que la que había entre 1981 y 2010.
Ahora es “muy probable” que 2021 se ubique entre los 10 años más calientes jamás registrados, según conclusiones de la agencia estadounidense. Contando a julio como el mes más caluroso de la historia.
¿A qué se debe este aumento en la temperatura?
Que este mes de julio haya roto récord como el más caluroso de la historia es motivo de alarma para cualquiera que habite este planeta. Enfrentamos uno de los momentos más retadores del calentamiento global.
En los últimos años, hemos observado fenómenos naturales que anteriormente sucedían con menor frecuencia, como incendios forestales y olas de calor. Este 2021, Grecia e Italia han registrado varios de estos problemas.
El calentamiento global está ganando terreno y pone en amenaza la vida de todas las especies, incluida la vida del ser humano. El hecho de que este sea el segundo año consecutivo con el verano más caliente no es para nada una buena señal.
De hecho, apenas hace unos días el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) lanzó un reporte donde confirma que los combustibles fósiles han sido responsables “inequívocos” del calentamiento global.
Esto, calculando que en los 125 mil años de historia de la Tierra nunca antes había sucedido una crisis climática similar a la que estamos viviendo. Misma que comenzó con el uso acelerado de combustibles.
¿Cómo podemos frenar el calentamiento global?
Este comportamiento está empujando al mundo hacia un colapso climático peligroso que solo puede evitarse mediante recortes profundos y rápidos de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lamentablemente, no hay una sola forma para detener o frenar el calentamiento global. Y cada individuo, empresa, municipio, estado, tribu y entidad federal debe analizar sus opciones de acuerdo con el conjunto único de sus propias circunstancias.
Desde nuestras trincheras, podemos intentar con estas pequeñas acciones:
- Cuando sea posible, utilicemos fuentes de energía renovable (como la energía solar y eólica) para dar energía a nuestros hogares y edificios.
- De ser posible, conducir vehículos eléctricos o utilizar el transporte público en lugar de conducir vehículos propios.
- Evitar calefacción o aire acondicionado, de ser posible. Y sustituir los electrodomésticos viejos que fallan por modelos que sean más eficientes en el uso de energía.
- Apoyar a más empresas locales que utilicen y promuevan prácticas sustentables e inteligentes para frenar el calentamiento global.
Diversas organizaciones y académicos que estudian dicen que es probable que se necesiten muchas estrategias que trabajen juntas para poder frenar el calentamiento global.
Pero si comenzamos desde nuestra casa y hacemos pequeños ajustes a nuestros hábitos de consumo y de movilidad, quizás podamos bajarle algunos grados al termómetro del planeta.
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