¿Será posible que India logre su meta de cero emisiones en un país cuya energía aún se basa en el uso del carbón? Tal parece que sí.
Una de las noticias que más nos emocionaron en los últimos días fue la declaración del primer ministro de India, Narendra Modi, que se comprometió a que India sería un país cero emisiones para 2070.
En el primer día de la cumbre COP26, Narendra Modi se comprometió a generar 500 gigavatios de combustibles no fósiles para 2030 y que 50% la energía eléctrica del país provendría de energías renovables para 2030. Esto, como una primera meta antes de llegar a las cero emisiones de carbono.
Según reportes internacionales, para lograrlo, India tendrá que aumentar sus inversiones en energías limpias de 30 mil millones de dólares que actualmente destina a 150 mil millones para 2030, y la cantidad de autos y bicicletas eléctricos vendidos tendrá que aumentar del 1% al 40% en los próximos años.
India es uno de los países con peor calidad del aire y está constantemente en la mira de la crisis climática, con más y más regiones lidiando con el calor extremo y los eventos climáticos extremos.
Al mismo tiempo, hoy por hoy en India las energías renovables son de vanguardia de la agenda climática de la India, lo que puede satisfacer de manera confiable la creciente demanda de energía en el país.
La energía solar y eólica ya son mucho más baratas que los combustibles fósiles, donde la capacidad solar se ha multiplicado por cinco en los últimos cinco años. Ahora el reto será llevar toda esa energía a los hogares por medio de paneles solares caseros.
La promesa de India hacia las cero emisiones: ¿será posible?
Como siempre, las declaraciones del primer ministro de India polarizaron la opinión pública, ya que 2070 es un escenario más lejano de lo esperado. La mayoría de países se han comprometido a lograrlo para 2050, una fecha de por sí ya crítica.
Pero parece que India está siguiendo el ejemplo de China, que se comprometió a llegar a la meta de cero emisiones para 2050 + 10 años; es decir, para 2060.
Otros analistas celebraron la decisión de India de trabajar por un futuro de cero emisiones, pues no es cualquier cosa lograrlo en un país de 1,400 millones de habitantes y con cientos de ciudades en pobreza extrema.
Actualmente, 70% de la energía que impulsa el desarrollo de la India se genera a partir del carbón, que es una de las pocas fuentes “confiables” de energía en el país, donde no existe el gas natural y los cortes de luz son muy frecuentes.
A diferencia de Estados Unidos y de varios países de Europa, India (que es el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo) se encuentra a décadas de reducir su pico de emisiones, así como en la democratización del uso de energías limpias, especialmente en las zonas rurales.
Un discurso inconsistente
Otro de los aspectos que más se criticaron de la participación del primer ministro de India durante la cumbre COP26 fue que se negó a firmar el compromiso de dejar de utilizar carbón, un recurso importante para la economía india.
También se le tachó de tener una doble moral, pues mientras anuncia la meta de India de cero emisiones también permite que se modifiquen o eliminen leyes y regulaciones ambientales para que la industria explote áreas protegidas y regiones costeras.
Además, hay contratos vigentes a más de 50 años para la explotación de minas de carbón y se siguen construyendo más estaciones de energía de carbón, por lo que es difícil que esta situación pueda revertirse en el mediano plazo
Por eso y más, la promesa de India de ser un país cero emisiones parece más una utopía que una posibilidad. Pero será interesante ver los esfuerzos que haga el país asiático para avanzar hacia una economía más sostenible y amigable con el medio ambiente.
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