Si no habías escuchado del término ecofeminismo, es momento de que lo conozcas, pues resulta no solo una moda, sino una necesidad para preservar el medio ambiente.
El ecofeminismo no es un tema que hoy este “de moda” o “en tendencia”. Más bien, se trata visibilizar algo que siempre ha existido, pero que no nombramos ni reconocemos. Como el trabajo de las mujeres en el cuidado y la conservación del medio ambiente. Pero, principalmente, los aportes que ante la crisis capitalista basada en la tecnología y la economía han hecho.
El término fue utilizado por primera vez por Françoise d’Eaubonne a principios de los años setenta. Esto para designar la convicción de algunos grupos feministas franceses de que existe una estrecha relación entre superpoblación, devastación de la naturaleza y dominación masculina.
¿Cómo ha resurgido el ecofeminismo en la actualidad?
Las generaciones más jóvenes son quienes han hecho resurgir este movimiento. Antes, se pensaba que el ecofeminismo era solo una relación biológica entre ser mujer y la naturaleza. Esta teoría no necesariamente afirma que las mujeres estén de manera innata más ligadas a la naturaleza y a la vida que los hombres. Sin embargo, es cierto que estadísticamente, las mujeres son mayoría en los movimientos ambientalistas y en la defensa de los animales. ¿Te suenan Greta Thunberg o Jane Fonda?
El ecofeminismo defiende que elementos como la libertad de elección respecto a la maternidad, la soberanía alimentaria o la educación ambiental en la infancia sean los principios que guíen las acciones de la sociedad hacia un desarrollo sostenible. También nos recuerda que, históricamente, las mujeres no ha tenido acceso a los medios y profesiones relacionadas con el estudio y cuidado del medio ambiente. Por tradición, han sido responsables de manera exclusiva de las tareas del cuidado de los otros y del mantenimiento de las labores domésticas.
Actualmente, ante la crisis por la que atraviesa la humanidad y nuestro planeta, el feminismo y la ecología tienen un papel fundamental. Por un lado, las mujeres han propuesto superar las barreras que durante siglos se han levantado contra su plena inclusión en el ámbito del trabajo asalariado, la cultura y la política. Por otra parte, cada vez es más evidente la insostenibilidad del modelo de desarrollo tecno-económico, ya que posee un carácter destructivo que compromete el futuro de la humanidad.
La ciencia es también para mujeres
Como cualquier teoría, hay distintas corrientes y representantes del pensamiento ecofeminista, como Ingrid Newkirk, fundadora de PETA. Pero lo que es realmente cierto es que la lucha por el pleno goce y ejercicio de los derechos de las niñas y las mujeres ha contribuido a que estén presentes en todos los espacios de la vida pública y privada.
Actualmente la ciencia también es para mujeres, tengamos presente que un mundo incluyente da como resultado no solo una mejor sociedad sino también un mejor espacio, con aportes de todas y todos los que habitamos en ella y con la misma responsabilidad de conservar nuestro planeta. El ecofeminismo resulta ser propuesta para repensar el presente y construir el futuro respetando la naturaleza, además de destacar el papel político de las mujeres en esto. No olvidemos que la tierra ni las mujeres somos territorios de conquista.
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