Nuestra columnista Silvana Becerra habla sobre la importancia de cuidar las barrancas para preservar el equilibrio de los ecosistemas.
Seguramente cerca de donde vives, existe una barranca pues la Ciudad de México tiene varias. Al pasar por ahí, es probable que nunca le hayas puesto mayor importancia, o que pienses que son lugares contaminados e inseguros.
Las barrancas se forman por desniveles en el territorio; generalmente son áreas de tierra que drenan el agua de lluvia o la nieve hacia un mismo lugar, como un arroyo, un lago o un humedal.
Las barrancas cumplen con una función ecológica importante, ya que son reservorios de especies de flora y fauna silvestre y funcionan como corredores biológicos para que estas especies puedan habitar. Además las barrancas actúan como barreras naturales, en medio de la ciudad.
Sin embargo, la mayor importancia de estas formaciones territoriales es su relevancia hidrológica, es decir, su relación con el agua. Las barrancas captan el agua de lluvia para recargar los mantos acuíferos, que son las reservas de agua que se forman en el subsuelo. Las laderas de las barrancas, forman cauces que conducen el agua hacia pequeños ríos o riachuelos y que infiltran el agua hacia el subsuelo.
¿Por qué necesitamos barrancas saludables?
Estos cuerpos suministran nuestra agua potable, la que usamos en el hogar, pero también para la agricultura y la manufactura. Desafortunadamente, varias formas de contaminación, incluidas la escorrentía y la erosión, pueden interferir con la salud de la cuenca. Por lo tanto, es importante proteger la calidad de nuestras barrancas para que el agua tenga una buena calidad y no se encuentre contaminada.
Aproximadamente 70% del vital recurso que se consume en la Ciudad de México proviene de los mantos acuíferos. Sin barrancas saludables, el agua solamente correría y no se infiltraría, provocando inundaciones y erosión hídrica.
Las barrancas tienen una gran importancia estratégica en la dinámica del sistema hidrológico de la Ciudad de México, pero también en otras funciones ambientales que contribuyen a mantener y elevar la calidad de vida de la población de la capital del país.
Proporcionan hábitat a numerosas plantas y animales, ayudan a limpiar el aire que respiramos, retienen las partículas de contaminación, y regulan los ciclos de la lluvia. Las barrancas deberían de estar llenas de árboles y plantas, para poder fungir como pequeños oasis verdes por toda la ciudad.
El riesgo de no darles su lugar
Sin embargo, aun cuando se ha reconocido esta importancia, las barrancas no han sido conservadas ni manejadas de forma adecuada; por el contrario, se han convertido en receptores de basura y aguas negras generadas por los asentamientos humanos aledaños y actividades de tiro de materiales o cascajo de las construcciones.
Lo anterior ha ocasionado que en muchas de las barrancas existan procesos de degradación y otras estén amenazadas por la ocupación inmobiliaria irregular. Esta situación se torna compleja, ya que implica problemas ambientales, ecológicos, y aún políticos y socioeconómicos.
Es así como uno de los principales problemas en las barrancas es la ocupación irregular, la cual, además de provocar problemas de contaminación, propicia la ocurrencia de accidentes, ya que la mayoría de las viviendas están ubicadas en zonas de riesgo inminente.
La Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México propuso hace tiempo el Programa de Conservación y Manejo Sustentable de las Barrancas del Distrito Federal. Este pretende dar respuesta integral al conjunto de problemas que se vienen agudizando en los últimos años, así como dar inicio a un proceso gradual para alcanzar soluciones de fondo y lograr la restauración de las barrancas para garantizar la viabilidad futura de la Ciudad de México.
¿Cómo puedes cuidar las barrancas?
Podría pensarse que para cuidar las barrancas y demás áreas naturales, es necesario estar físicamente en el lugar, sin embargo esto no es así. A continuación te dejo unos tips para hacer desde casa:
- Revisa tus hábitos de consumo: Los residuos que llegan a las barrancas, en su mayoría, vienen de casa. Si no sabes a dónde se van tus residuos después de que sacas el bote de la basura, quizás debas pensarlo dos veces. Lo mejor es separar tus residuos y llevarlos a centros de reciclaje, pues así te aseguras de que estos no terminan tirados en una barranca.
- Infórmate: No se puede cuidar algo que no se conoce. Leer, ver, observar y compartir información sobre las barrancas, puede ayudar a devolver su valor y a que más personas entiendan por qué hay que protegerlas.
- Exige a las autoridades medidas para su cuidado: La sociedad tiene el poder de pedir a las autoridades que las barrancas y demás áreas naturales estén limpias, se cuiden y se protejan. Si vives cerca de una barranca, organízate con tus vecinos para hacerse escuchar por las autoridades. De igual manera, investiga sobre iniciativas de ley y programas que tengan el objetivo de protegerlas.
- Organízate con vecinos: Seguramente vives cerca de una barranca, y en la mayoría, existen organizaciones civiles que se encargan de cuidar y proteger estos espacios. Busca grupos en Facebook o ponte de acuerdo con tus vecinos para tomar acciones.
- Únete a la campaña de El Renacer del Suelo: Ectagono y Ríos Tarango van a realizar la mayor restauración forestal en Tarango. Puedes adoptar una planta y ponerle tu nombre para que sea plantada en la barranca de Tarango, busca la campaña en Comunidad Altruista.
Sobre la autora:
Silvana Becerra Tavano es coordinadora de estrategias digitales y comunicación en Ectagono.
Ectagono es una empresa que se dedica a fomentar el bienestar integral, buscando siempre el equilibrio de las personas y las instituciones con la naturaleza, viviendo con mayor consciencia y en equilibrio. Diseñan e implementan estrategias que logren una transición exitosa hacia el desarrollo sostenible.
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