Si no has visto Heartstopper, la nueva serie adolescente de Netflix, te damos algunas razones para que la pongas en tu lista de favoritas.
De vez en cuando, Netflix nos entrega auténticas joyas de la televisión. Y aunque Heartstopper está lejos de ser una obra maestra, es una de esas series que todas y todos, sin excepción, tendríamos que ver.
Estamos hablando de la adaptación a la TV de la novela homónima, de la autora Alice Oseman, quien también es la guionista y directora del programa de televisión. Esta primera temporada corresponde al primer volumen de una saga que, hasta ahora, suma ya cuatro libros.
En pocas palabras, Heartstopper (la serie de Netflix) trata sobre Charlie y Nick, dos chicos en preparatoria que pasan de compartir mesa de clase a flecharse enloquecidamente. Pero no todo sucede con tanta facilidad: en el camino, Nick tendrá que descubrir si es gay o bisexual, mientras que Charlie (abiertamente gay) soportará una y otra vez ser el amor secreto de Nick.
A pocos días de su estreno en Netflix, Heartstopper está entre los contenidos más vistos. No es para menos, ya que es un programa que coquetea con dos temas clave para tener éxito en la televisión: el amor y la adolescencia. Aunque aquí se agrega el componente LGBT+ muy bien representado por gays, lesbianas y una chica trans.
Pero, ¿son estas razones suficientes para que toda la comunidad LGBT+ esté llorando con esta serie de Netflix? No, y a continuación hablaremos de otras claves que hacen de Heartstopper un programa que merece la pena ver.
¿De qué trata Heartstopper, la nueva serie LGBT de Netflix?
Heartstopper está protagonizada por los jóvenes Joe Locke (Charlie) y Kit Connor (Nick). El personaje de Charlie es, defintivamente, un acierto para representar a todos los chicos gays que sufrieron bullying en su adolescencia, pero también para recordarnos aquellos amores tortuosos.
Por otro lado, el personaje “hetero” de Nick (el típico chico popular de la preparatoria, jugador estrella del rugby y que tiene a los amigos más populares, pero homofóbicos del colegio) nos coloca una serie de tensiones que permanecen durante los ocho capítulos que dura la primera temporada de Heartstopper, en Netflix.
Lo que la autora y directora de la serie nos plantea a todos los espectadores es un dilema: ¿será Nick capaz de asumir sus sentimientos por Charlie, a pesar de que eso signifique renunciar a sus amigos heterosexuales y homofóbicos?
Pero este dilema también se puede plantear de otra forma: ¿cuánto desprecio estará dispuesto a soportar Charlie con tal de ser querido? ¿Cuántas veces Charlie soportará ser el secreto de un novio que tiene miedo a salir del clóset?
Y es aquí cuando las cosas se ponen realmente interesantes: lo que Netflix nos entrega en Heartstopper es una lección de cómo deben ser todas las adolescencias LGBT+. Si bien ser adolescente nunca es fácil (y siendo gay, lesbiana o transexual mucho menos), siempre debemos tener el coraje de defendernos a nosotros mismos.
Aparentemente, Heartstopper es una serie idealizada, demasiado romántica, incluso cursi. Pero, al final de los ocho capítulos, muchas personas nos quedamos con el mismo pensamiento: ojalá mi adolescencia hubiera sido así. Ojalá mi madre me hubiera aceptado así. Ojalá yo hubiera tenido el valor de amar y corresponder sin miedos a mi primer novio, a mi primera novia.
Razones por las que amamos Heartstopper
Las personas LGBT+ son quienes más están alabando este programa, debido a que muestra un aspecto agradable de la juventud, al mismo tiempo que lo contrasta con otra realidad más dolorosa: la del bullying y la del autosaboteo (como lo hace Charlie cada que recibe un halago o una muestra de cariño).
Es este contrapunto lo que hace Heartstopper una serie de Netflix con credibilidad y que evoca muchos recuerdos, bonitos y no tan lindos, de quienes atravesaron adolescencias difíciles al asumir su orientación sexual y/o identidad de género.
Pero, más importante todavía, la serie es una oportunidad para abrir la conversación entre las nuevas generaciones y sus padres, sus amigos e incluso sus compañeros de clase. Nadie más debería vivir una adolescencia difícil y silenciosa, nunca más.
Con contenidos como el de Heartstopper, Netflix nos ayuda a crear audiencias más receptivas, abiertas, al mismo tiempo que ofrece formas de expresión diversas que le permitan a los más jóvenes identificarse y encontrar ejemplos a seguir positivos.
Celebramos que haya contenidos así para que también los padres puedan acercarse a sus hijos LGBT+ desde el cariño, la comprensión y la escucha. ¡Ya queremos ver qué nos entrega Netflix en Heartstopper segunda temporada!
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