Cuando hablamos de alimentación, hablamos de hábitos. ¿Cuáles debemos cambiar para estar más saludables? Nuestra columnista Renata Herrera te responde
Cada vez que aprendes algo nuevo, creas una nueva conexión neuronal en el cerebro. Y aprovechando que este año está a punto de terminar, es una muy buena ocasión para darle carpetazo a lo viejo y empezar a tener hábitos nuevos y positivos.
Con el aprendizaje, nuevas neuronas se enlazan unas con otras, para formar nuevas redes neuronales.
Imagina tus neuronas como focos de árbol de Navidad, se prenden todas juntas con un mismo evento. Si aprendes a patinar, cada vez que patines se van a prender las mismas redes neuronales.
Los hábitos, deseados y no deseados, son redes neuronales que se prenden casi sin que nos demos cuenta.
Cambiar nuestros hábitos no es fácil, porque los hábitos están cableados dentro de nuestro cerebro y se fortalecen más y más con cada repetición.
Es muy difícil cambiar un hábito peleando contra él, porque ese hábito está físicamente cableado en tu cerebro.
Cabléate a la medida.
1. Piensa en el hábito que quieres cambiar, digamos que es comer pan en todas tus comidas.
Bueno pues el pan no nos nutre, pero si nos enfocamos en dejar el pan lo único que vamos a lograr, es mantener prendidas y fortalecidas, las conexiones neuronales que se activan cuando pensamos en pan; esto nos va a llevar a un enorme antojo por pan.
No pelees contra un hábito no deseado, mejor cablea en tu cerebro un hábito deseado y fortalece esa red neuronal.
2. Busca el efecto contrario al del hábito no deseado.
El pan no nutre, las verduras sí nutren, entonces el nuevo hábito que buscamos es: “empezar todas mis comidas con verduras”.
Desde que piensas en comer verduras, CREAS en tu cerebro las conexiones neuronales nuevas de “verduras”.
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3. Agrega constancia.
A partir hoy, empieza todas tus comidas con un plato de verduras.
Si se te antoja el pan te lo puedes comer, pero siempre después de tus verduras, haz esto en todas tus comidas.
Con la repetición vas a ir fortaleciendo las conexiones neuronales del nuevo hábito que quieres adoptar.
Con la repetición consciente estás cableando tu cerebro.
Y llega un momento en el que las conexiones neuronales de comer verduras como primer plato, son ya tan fuertes, que se convierte en tu nuevo hábito.
4. Analiza.
De forma consciente, y después de haber comido verduras, analiza si de verdad quieres pan, o simplemente se están activando las conexiones del hábito.
Para esto pregúntale a tu estómago, no a tu cerebro sino a tu estómago: ¿tengo todavía hambre? Y decide si vas o no a comer el pan.
No pienses cosas como “el pan engorda”, “estoy a dieta” ni nada de eso.
El pan es simplemente comida que no nutre, pero no es el enemigo, y si ya comiste tu dosis de nutrientes es muy posible que ya no se te vaya antojar.
Si estás en balance, tu cuerpo siempre va a preferir alimentos que lo nutran.
Entre más repitas el empezar tus comidas con verdura, más vas a fortalecer el hábito deseado, y de forma natural, vas a desplazar el no deseado.
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