Luego de 40 años de trabajo en el Parque Nacional Galápagos, donde evitó la extinción de su especie, la tortuga de 100 años regresa a su lugar de origen.
Llegar a los 100 años de edad no es cosa fácil, y con 800 hijos, ¡menos! Por esto, esta famosa tortuga se ganó su descanso y emprendió el camino de regreso a la tierra que lo vio nacer. Hablamos de Diego, que pesa más de 80 kilos y cuando se estira, mide hasta 1.5 metros de largo.
Su retiro, muy merecido, por cierto, viene después de cuatro décadas de trabajo en el Parque Nacional Galápagos. Llegó a dicho lugar en 1976, del zoológico de San Diego —de ahí su nombre— con un propósito: salvar a su especie de la extinción. De acuerdo con el guardaparque Freddi Villalba, calcula que esta tortuga gigante puede haber engendrado entre unas 800 y mil crías, lo cual repobló la isla de tortugas.
Diego: una existencia “con muchos frutos”
Junto con otras tortugas, Diego logró producir más de 2 mil tortugas gigantes desde que comenzó su labor, evitando así su extinción.
El ministro de medio ambiente de Ecuador, Paulo Proaño Andrade, dijo que el hecho de regresar a Diego a su hábitat es el cierre perfecto de un “capítulo histórico”.
Antes de volver a Española, una isla deshabitada considerada una de las zonas más antiguas de Galápagos, Diego y sus colegas fueron puestos en cuarentena. Esto con el propósito de evitar que llevaran semillas de plantas que no son nativas de la isla.
En la década de los cincuenta, solamente había dos machos y 12 hembras de su especie, llamada Chelonoidis hoodensis, en Española. Pero Diego llegó a cambiarlo todo, y ahora, es considerado por muchos un héroe.
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Las Islas Galápagos, localizadas a 906 kilómetros al oeste de Ecuador, son consideradas una Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esto gracias a su manera tan exclusiva de preservar y cuidar la flora y la fauna. Esto las ha hecho el destino favorito de todos aquellos amantes de la naturaleza.
