Nuestra experta en Desarrollo Humano, María Elena Esparza Guevara, nos cuenta lo importante que es soltar lo negativo, justo en esta temporada.
Han llegado los festejos para honrar a quienes ya no se encuentran físicamente con nosotros. Las calles y casas están llenas de color y ese aroma fantástico que surge de la combinación del cempasúchil con el copal: celebrar a todo color y sabor a quienes han partido es siempre una gran forma de encontrarle espacio a ese amor que no encuentra lugar tras el duelo.
Dejar morir sentimientos negativos, tristeza, malos pensamientos: ¡se vale!
Pero, ¿qué tal si aprovechas la energía de estas fechas para hacer un ritual a otro tipo de muerte? Me refiero a la posibilidad de dejar morir algo que no traiga beneficio a tu ser. Puede ser desde un resentimiento hasta algún miedo. Ese obstáculo mental que ya tienes bien identificado y que no te deja lograr tus objetivos o simplemente algún mal hábito tan simple como no comer a tus horas.
Es muy probable que mientras lees esta propuesta ya hayan llegado varias ideas a tu mente. ¡Anótalas! Esas primeras intuiciones suelen ser las más certeras. Así que si ya se te apareció un rostro en la memoria o ya evocaste la tristeza de una decepción, ruptura o fracaso que no has superado, ahí tienes una señal clara de lo que valdría la pena soltar, dejar morir.
Te comparto un ritual muy sencillo para estos días. Sólo vas a necesitar una hoja, un espacio silencioso y algunos minutos sin distracciones. Puedes acompañar con música relajante y algún aroma que disfrutes. Y sí, lo recomendable es que le pongas luna a tu cel para que puedas entrar en contacto contigo mismo.
¿Ya estás? Colócate en una posición cómoda y escribe esta pregunta en la hoja: ¿Qué decido dejar morir a partir de hoy para yo vivir más plenamente? Escríbela grande, fuerte y muy clara, obsérvala y déjala que haga eco en tu interior; luego empieza a enlistar todo lo que venga a ti.
Aprende a dejar ir, es lo más sano que puedes hacer
No filtres, deja que tu mano escriba todo lo que tu corazón le dicte. No hay mínimo ni máximo y tampoco es mejor si enlistas más… simplemente, es lo que es. Al finalizar, dedica un momento a observar lo que escribiste. Revisa si hay algún evento, persona o emoción que se repita. Haz una reflexión sobre lo que sientes cuando vuelves a leer tu texto y por qué cada uno de esos puntos todavía ocupa un lugar en ti.
Este ejercicio puede durar 3 minutos o 1 hora, tú decides cuánto tiempo necesitas para tomar la decisión de enterrar lo que vas a soltar. Cuando estés lista, quema la hoja. Hazlo con precaución, ¿queremos vivir libres de accidentes también, no? Observa cómo la consume el fuego, que es el elemento transformador por excelencia.
Así, con la misma facilidad con la que las llamas se llevan materialmente lo que te aqueja, con ese mismo poder tu decreto puede aligerarte de las cargas. Este ritual para dejar morir lo que nos estorba es el inicio de un proceso que continúa con atención consciente cada día para revisar cómo va tu avance.
Sobre el autor
María Elena Esparza Guevara es Maestra en Desarrollo Humano por la Universidad Iberoamericana. Guía de yoga y comunicóloga feminista. Y activista por una vida libre de violencia y con ejercicio pleno del derecho a la salud mental.
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