Es la respuesta de la compañía Tsuki Akarino Ido Gekijyo al coronavirus. Su función de danza se ve por una mirilla y en cubículos individuales.
La cultura y las artes han sido una de las grandes víctimas del coronavirus. Los museos, los conciertos y el teatro o el cine han tenido que cerrar sus puertas momentáneamente. Aún así, hay propuestas especiales para seguir disfrutando de estas disciplinas. Una de ellas es muy original. Se trata de la idea japonesa y han diseñado un escenario circular rodeado de cubículos individuales desde donde los espectadores pueden ver la danza a través de una mirilla.
Este concepto lo ha puesto en marcha la compañía de danza Tsuki Akarino Ido Gekijyo. Lo llaman algo así como Moonlight Mobile Theatre (Teatro Móvil a la Luz de la Luna), y ya se ha probado en la ciudad japonesa de Nagoya, en el centro de la isla de Honshū.
Danza con mirilla y con sana distancia
A la vista es un escenario redondo totalmente rodeado por una estructura de madera dividido en 30 espacios individuales con un orificio pequeño que permite a los asistentes ver en primera fila el show. “Creamos intencionalmente pequeños agujeros que se asemejan a ranuras como las de los buzones“, dijo Nobuyoshi Asai, director artístico y coreógrafo del grupo de danza, a Reuters. Así explicaba cómo limitar el alcance de la visualización permite que la audiencia se concentre más en la actuación.
La apertura que deja ver la función mide 1.99 cnn de alto por 90 cm de ancho. Y lo más interesante es que la estructura es desmontable, por lo que también podrá acompañar a actores y bailarines en sus giras.
Respuesta a la pandemia
La compañía de danza tuvo que pensar en formatos diferentes a los usuales después de que la mayoría de sus compromisos quedaron cancelados por el covid-19. Así que desde diciembre y gracias a esta idea han podido ofrecer al público 12 representaciones.
En todas, se han agotado los boletos, que son 30 en total y que no alcanzan para cubrir los costes totales. Aún así seguirán haciéndolo: “Si no lo hacemos, los artistas perderán oportunidades de bailar y actuar”, argumenta Asai en Reuters sobre esta forma de ver danza a través de una mirilla.
Nueva experiencia de inmersión
El público está contento con la novedad. Y efectivamente, muchos confirmaron lo que decía Nobuyoshi Asai, que se implicaron más. Una de las carencias es que los bailarines no ven al público, aunque saben que está ahí y es otro tipo de experiencia también muy positiva.
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