Las superbacterias se han formado por el uso desmedido de antibióticos. El problema es que, a la fecha, ya no hay medicamentos que puedan contra ellas.
Un nuevo estudio publicado por la revista médica The Lancet estima que 1.27 millones de personas perdieron la vida en 2019 a causa de las llamadas superbacterias. Es decir, bacterias que se han vuelto prácticamente imposibles de aniquilar con antibióticos.
La resistencia antimicrobiana supone una seria amenaza para la salud en todo el planeta, pues hasta el momento, no hay un solo antibiótico (ni proyectos para desarrollar alguno) que pueda curar a las personas que contraen una superbacteria. Lo cual suele llevar a una muerte inminente.
La investigación se realizó con datos de 471 millones de personas de 204 países distintos, en la que analizaban el impacto sobre la salud de 23 patógenos y de 88 combinaciones de patógenos y medicamentos.
En la investigación no solo se tuvieron en cuenta las defunciones causadas por estas bacterias. Sino también los casos en los que se produjo un fallecimiento con este tipo de bacteria, aunque no fuera la causa principal de la muerte. Esto les ha permitido analizar de un modo mucho más detallado y transversal la incidencia de las superbacterias en las sociedades.
Las nuevas superbacterias
Existe un término para nombrar a estas superbacterias: ESKAPE. Un acrónimo que comprende a un grupo de microbios que reúnen dos condiciones que los hacen especialmente peligrosos: son altamente virulentos y resisten muy bien ante los antibióticos.
Enterococcus faecium, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter spp., son los seis integrantes que dan nombre a este grupo de microbios resistentes a los antibióticos. Estos se están multiplicando por todo el mundo por factores como el uso excesivo de antibióticos, tanto para tratar enfermedades humanas como animales en las granjas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó en 2017 que se necesitan antibióticos capaces de doblegar a este microbio con urgencia crítica. Pues bacterias como K. neumoniae se han vuelto resistentes a un gran número de tratamientos.
En 2016, la Review on Antimicrobial Resistance estimó que en 2050 la cifra de muertes anuales causadas por estos microbios se acercará a los 10 millones. Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 se han producido 5,62 millones de defunciones en todo el mundo.
“Estos microbios resistentes a los antibióticos habrían sido la tercera causa de muertes a nivel mundial, solo por detrás de las cardiopatías isquémicas y los ataques al corazón”, estiman los investigadores en el estudio. “En cualquier métrica, las bacterias resistentes a los antibióticos son una de las principales amenazas a la salud pública global”.
¿Cómo combatir las superbacterias?
La cantidad de antibióticos en desarrollo es prácticamente nula, pues las farmacéuticas no están invirtiendo en esta área de la medicina. Las farmacéuticas ganaron más de 7 mil millones de euros con productos contra el cáncer entre 2014 y 2016. Al mismo tiempo que perdían unos 90 millones con los antibióticos, según la organización estadounidense Pew.
Hoy, el verdadero negocio está en la oncología. En 2019, la inversión privada en potenciales tratamientos contra el cáncer rondó los 8,600 millones de euros, frente a los 120 millones en antibióticos.
La paradoja es que es un área prioritaria para la OMS, pero absolutamente no prioritaria para los inversionistas privados. Por lo tanto, lo recomendable es seguir las mismas recomendaciones de siempre: ante cualquier síntoma de infección, acudir al médico y nunca automedicarse. Las superbacterias se han vuelto fuertes porque se los hemos permitido. ¡No bajes la guardia!
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