Gracias a la tecnología ahora es posible regular la luz solar a través de una ventana inteligente, que protege al medio ambiente y a nuestro bolsillo.
La arquitectura inteligente cada vez es más avanzada en pro de un mundo más sustentable. Ahora, científicos del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE), en alianza con la Universidad Northwestern, la Universidad de Chicago y la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, unieron sus talentos para crear una ventana inteligente que acumula y regula la luz solar.
Esto se logra a través de un algoritmo de optimización que utiliza modelos físicos integrales y técnicas computacionales avanzadas. Con ellas se maximiza el uso de la energía solar, mientras equilibra la temperatura del edificio.
“Este marco de diseño arquitectónico es personalizable y se puede aplicar prácticamente a cualquier edificio en todo el mundo. Tanto si se desea maximizar la cantidad de luz solar en una habitación o minimizar el calentamiento o el enfriamiento”, explicó Junhong Chen, científico investigador del DOE.
Para lograr este exitoso resultado, los investigadores produjeron un pequeño prototipo de la ventana.
Este consistía en formar docenas de capas de diferentes materiales que controlaran la cantidad y frecuencia de la luz que pasaba. Asimismo, la cantidad de energía solar convertida en electricidad.
Finalmente, lo materializaron en una casa de un solo piso de 185 m2 en Phoenix, Estados Unidos. La cual determinó importantes ahorros anuales de energía sobre las principales tecnologías de ventanas disponibles comercialmente.
Una ventana inteligente que se puede controlar a través del teléfono celular
La ventana inteligente además de controlarse a través del teléfono celular se podría instalar fácilmente en cualquier superficie de cristal, con una película adherente.
Es decir, desde el smartphone se lograría oscurecer o aclarar el dispositivo en función de la necesidad de la habitación.
Esta ventana inteligente permitiría un ahorro energético de aproximadamente 40%. Incluso, por el excedente de energía existente podría servir para alimentar pequeños dispositivos en el hogar.
“En un futuro, esta tecnología no solo permitirá reducir la luz visible sino también el calor. Gracias a ello aumentará la eficiencia energética de los hogares en los que se instale”, finaliza Junhong Chen.
Con este tipo de avances tecnológicos, no hay duda de que cada vez habrá más edificios inteligentes para vivir o trabajar. Y sobre todo que serán amigables con el planeta.
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