Facunda Cabrera es un diseñador industrial argentino que logró convertir en carbón vegetal miles de cascarillas de arroz. ¡Aquí te mostramos su método!
¿Quién hubiera pensado que las cascarillas de arroz pueden servir como alternativa al combustible fósil? Pues fue precisamente Facundo Cabrera, diseñador industrial argentino, quien se dio a la tarea de investigar qué se podría hacer con los desechos de este producto tan nutritivo.
Y de pronto, su descubrimiento se convirtió en un negocio sustentable y rentable, que ayuda a combatir la deforestación y el cambio climático.
Hace ocho años, el emprendedor lanzó al mercado una estructura de madera de diseño sencillo que contenía carbón vegetal y un sistema de autoencendido. Bastaba con ponerlo en la parrilla y prender la mecha para obtener las brasas que cocinarían la carne para la típica reunión argentina. Llamó a su idea BrasUP.
Cascarilla de arroz se convierte en carbón ecológico
Posteriormente comenzó a vender una línea de parrillas portátiles y después desarrolló el primer carbón ecológico. “Es un producto único en Argentina y la región de Sudamérica, producido en la ciudad de Corrientes y elaborado en un 100% con desecho orgánico porque tiene como punto de partida la reutilización de la cascarilla de arroz. Lo presentamos al mercado después de más de un año y medio de investigación, muchas pruebas y errores”, contó Facundo al diario La Nación.
“En Argentina no existía ningún carbón ecológico: fue nuestro principal desafío”.
Fue entonces que empezó a trabajar con la cascarilla de arroz y se dio cuenta que podría ser una buena opción para sustituir el carbón tradicional. Paralelamente fabricó la máquina con la que se realizar el carbonizado, que es la única en la región porque fue elaborada con elementos reciclados y reutilizados. El método es sencillo: la cascarilla de arroz se carboniza sin quemarse gracias a la ausencia de oxígeno. De ahí se compacta y está listo para usar.
Un respiro para el medio ambiente
Lo mejor de todo es que esto marca un precedente para que en el futuro se logre usar la cáscara de nuez, almendra, maní, coco y hasta restos de césped.
Facundo Cabrera concluyó que, además de ser ecológico, este carbón logra lo que todo asador quiere: un poder calorífico y una durabilidad mayor que el carbón vegetal. “Otra de sus propiedades es que no hace chispas ni ensucia”.
Siguiente paso: ¡venderlo por todo el mundo!
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