Nadie nace sabiendo ser un excelente padre. De nuestros errores aprenden nuestros hijos, pero también de nuestros aciertos y valores, y eso… ¡es lo que hay que transmitirles!
No hay hilo invisible más resistente que la relación entre padres e hijos. Y aunque puedan existir desaciertos, discusiones, puntos de vista diferentes o distanciamiento, este lazo que nos une a ellos es inquebrantable. Pero también es flexible y adaptable.
Nosotros somos quienes lo hacemos crecer, cambiar de color, enrollar… y en muchos casos podemos hilvanar historias maravillosas e inolvidables junto a nuestros padres (¡de eso se trata la vida en familia!).
El padre perfecto no existe
También es cierto que no hay padre perfecto (por supuesto, hijos menos), y hasta la fecha no se conoce con exactitud un manual que nos diga cómo ser buenos padres o en el mejor de los casos, cómo lograr transmitirles los valores correctos a nuestros hijos.
Lo que sí te vamos a recomendar son pequeñas acciones que a veces se nos olvidan debido al exceso de estrés, falta de paciencia o simplemente desinterés en construir una verdadera figura paterna. Seas padre o no, te conviene echarle un ojo a la siguiente lectura. Nunca está de más saber fortalecer los lazos entre padre e hijo.
Pasar más tiempo juntos
Lo que más importa es la calidad y no la cantidad. Si vas a estar con tus hijos, que sea con la atención que ellos necesitan. Deja de lado tu celular y dedícales tu atención. ¡El tiempo es lo más valioso que tenemos!
Escucha
Siempre pensamos en un padre como una figura autoritaria cuando no debe ser así. Escuchar, comprender y saber por qué nuestros hijos actúan de tal o cual manera es vital para fortalecer los lazos entre padre e hijo.
Aconseja
Como todo en la vida, hay que buscar un equilibrio. Como decían por ahí: “ni todo el dinero, ni todo el amor”, nunca es bueno consentirlos de más y tampoco se trata de limitarlos. Los consejos son bien recibidos cuando les hablamos desde el conocimiento y la experiencia. Manifiesta los pros y contras de tomar una específica decisión. Y ojo: ¡no juzgues antes de escuchar!
Abraza
Nunca escatimes demostrar tu afecto, ya sea de manera física o verbal. Los abrazos, las caricias, los “te quiero” siempre serán bienvenidos, y harás que tus hijos se sientan dignos de cariño siempre.
Comparte
Cocinar juntos, hacer ejercicio, jugar cartas… Únete incluso a una de sus actividades favoritas. Muestra interés en sus hobbies y enséñale a compartirse con los demás, y hablamos en términos materiales y emocionales. Hacer el bien a su alrededor le traerá más satisfacciones que disgustos.
Estos consejos básicos parecen simples acciones pero que con el paso de los años se transmitirán naturalmente de generación en generación.
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