¿Un cactus que camina? La chirinola mexicana es única en su especie, muy poco conocida y que se encuentra en peligro de extinción.
La biodiversidad de México nos puede sorprender cada vez más y probablemente sea algo que no terminemos de conocer del todo. La chirinola es el ejemplo perfecto, pues es muy poco conocida pero tan sorprendente como que es una cactus mexicano que camina.
La chirinola (stenocereus eruca) es una especie endémica de Baja California Sur, en nuestro querido México. Este cactus logra desplazarse a través de los desiertos y entre las dunas del norte de nuestro país y es único entre las especies que habitan las zonas áridas mexicanas.
A diferencia de otras especies de cactus, la chirinola no crece erecta, pues sus tallos se desarrollan a ras del suelo formando masas enredadas y extendidas por varios metros en las arenas de Baja California. Para lograr desarrollarse, los vástagos de la chirinola crecen en forma de ramas para separarse y formar una nueva planta.
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¿Cómo es la chirinola?
Debes saber que es uno de los cactus más espinosos que existen. Su tallo es color gris con algunas tonalidades verdes, y puede llegar a medir hasta 4 metros de largo, pero la planta completa alcanza hasta 15 metros. Su flor puede ser rosa o blanca, pero solo vive durante una noche.
Pero, ¿por qué camina la chirinola mexicana? Su desarrollo es tan particular que se tiene que mover para asegurar su descendencia. Al crecer de forma errante logra aumentar su longitud y la parte más vieja muere lentamente para dar paso al nuevo crecimiento.
Lo más increíble de este cactus mexicano es que las partes muertas son la composta para que la chirinola siga su ciclo de vida y el nuevo crecimiento de ésta siga su camino. Al ser esta su forma de reproducción, la planta se muda constantemente de lugar y por ello se le conoce como “cactus oruga”.
La chirinola mexicana, una especie en peligro de extinción
La chirinola mexicana se ha convertido en una especie en peligro de extinción, esto se debe al contrabando, pues se ha convertido en un tesoro para los coleccionistas de especies exóticas y la expansión de la ganadería. En el mercado negro, un ejemplar de esta cactácea puede valer hasta 5,000 dólares.
En cuanto a la ganadería, la especie se ha enfrentado a los ranchos ganaderos de la zona pues los dueños han invadido grandes territorios porque las espinas de la planta dañan el ganado. Lo mismo pasa con los agricultores que forman parte de la devastación de su hábitat.
Así que, si un día logras ver un cactus parecido a una serpiente que se desplaza por el desierto, ya conoces a la chirinola mexicana y que no hay nada qué temer.
