Nadie nos enseña cómo renunciar a un trabajo. Por eso te damos estos consejos para hacerlo de la forma más inteligente posible.
Renunciar a un empleo de forma elegante implica una serie de pautas. Por ejemplo, no anunciarlo por email o a través de WhatsApp. Además de hacerlo en persona, el tipo de comunicación, el mensaje y protocolo de acción son aspectos clave para salir del trabajo por la puerta grande.
No obstante, guardar las formas no es sinónimo de mantener en secreto las emociones, sensaciones, aprendizajes o desencuentros que ha desencadenado la experiencia. Significa que, siempre que sea posible, conviene cuidar nuestra imagen y no ponernos en evidencia en ciertas situaciones.
Renunciar a un trabajo de forma elegante es una manera de evitar conflictos y escenas desagradables en el momento. Esto ya es muy ventajoso de por sí, pero además es importante para el futuro: la vida da muchas vueltas y nunca sabemos a quién nos volveremos a encontrar durante nuestra carrera profesional.
Tratamos de recopilar los mejores consejos para renunciar a un trabajo de forma positiva. Es decir, atendiendo tus intereses, reconociendo tus emociones y sin dejar ideas equivocadas en tus compañeros y jefes.
Cómo renunciar a un trabajo: primero dile a tu jefa o jefe
El primer punto importante a saber acerca de cómo renunciar a tu trabajo es plantear la renuncia en persona, de ser posible.
Si no es una opción reunirse en persona, coordina una llamada a través de Skype u otra plataforma de video conferencia, o llama a tu jefe directamente a su teléfono. Enviar un e-mail es la última opción, pero puede ser utilizada en caso de que las circunstancias lo requieran.
Asegúrate de que sepas lo que vas a decir en relación a tu renuncia antes de acercarte a tu jefe. Aún si estás yéndote en buenos términos, es probable que la conversación sea extraña y difícil. No querrás trabarte en las palabras.
Al mismo tiempo quieres ser firme en tu decisión y debes estar preparado para cualquier pregunta y objeción que pueda traer tu jefe a la conversación.
¿Cómo vas a responder a una contraoferta? ¿Qué tal si tu jefe te pide que reconsideres tu decisión y que retomen la conversación en unos días? ¿Qué tal si se torna emocional? (Podría suceder, especialmente si eres un miembro del equipo o tienes una relación muy cercana con él.)
Mantén la reunión con tu jefe en un ambiente profesional y, sobre todo, no caigas en la necesidad de ventilar sobre tu trabajo. Si te parece divertido imaginar una salida dramática, ponerse creativo cuando decides renunciar a tu trabajo no es recomendable.
Si vas a renunciar a tu trabajo, déjalo por escrito
Aún después de haber hablado con tu jefe sobre tu renuncia, no es una mala idea enviarle la información por escrito también. Una carta de renuncia asegura que no habrá confusiones en relación a la fecha que diste a conocer la noticia y el tiempo de tu salida. Muchas compañías incluyen una copia de tu carta de renuncia en tu carpeta de Recursos Humanos como documento final.
Tu carta de renuncia debería ser breve e incluir lo siguiente:
- La fecha del último día de trabajo. El tiempo estándar de aviso no es menor a dos semanas. Pero claro, todo dependerá del tiempo que hayas negociado tanto con tu próximo empleador como con la empresa en la que actualmente trabajas.
- Una breve explicación sobre el porqué estas renunciando. No digas únicamente “renuncio” cuando estés explicando por qué estás renunciando a tu trabajo. Es mejor decir algo como “debo irme porque estoy aceptando un empleo en otra compañía”.
- Unas palabras de agradecimiento. Hasta los trabajos más desagradables tienen algo bueno que destacar. Si bien el agradecimiento no es obligatorio, es una buena manera de ser amable y extender las gracias a la empresa que te contrató y ayudó durante un tiempo en tu carrera.
No tienes que profundizar en más detalles de lo necesario, incluso si tu jefa o jefe te presiona para que le des más información. Si estás dejando un trabajo que no encaja bien contigo o por problemas que tuviste con la empresa, mantén la explicación al margen antes de ser negativo. Se vale decir que estás renunciando por “razones personales” o para poder “pasar más tiempo en familia”.
Deja tu mejor imagen los últimos días
Los últimos días en la compañía no son momento de decaer. Deja el lugar con una energía positiva, compartiendo información con tus colegas en relación a tus proyectos y clientes. Lleva el registro de cualquier proceso que pueda ser útil para aquellos que vengan después de ti.
La gente estará al pendiente de lo que haces los últimos días, así que si dejas una buena impresión en ellas y ellos, es probable que te recuerden por ello y que incluso te echen de menos.
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