Ni es un dolor de cabeza, ni de estómago… es la infodemia, un tipo de “enfermedad” de la actualidad que se potencializó con lo vivido en la pandemia.
No se trata de algo nuevo, sino de un síntoma humano general que se ha puesto más en boga tras la pandemia. Básicamente, desde que el internet “llegó”, este mal moderno se ha ido vitalizando y afectando a mucha gente en todo el mundo. Aquí te decimos cómo combatir la infodemia, un mal de la sociedad moderna.
A todo esto, ¿qué es la infodemia?
Así como hay la capacidad de un virus para hacerse y contagiar a millones de humanos, a la ciencia que estudia todo esto se llama epidemiología, igual está la infodemiología. Ésta, estudia justamente esa capacidad que tiene la información de transmitirse de manera excesiva, falsa, errónea, o extralimitadamente y, que por si fuera poco, se comparte a diestra y siniestra.
Sí, igual que un virus, la infodemia es un mal que puede afectar a millones de personas en todo el mundo. Como decíamos, la internet y las redes sociales han hecho que la infodemia se propague con más fuerza, afecte y sea considerado un mal de la actualidad.
Torrente y no sanguíneo
En pocas palabras la infodemia es un torrente de información. Hace unos meses el término cobró nueva vida por el abuso “infodémico” del estudio de toda la información que se dio sobre la pandemia de Covid-19. En el caso práctico, esto es la infodemiología: el estudio de esa información y la manera de gestionarla.
Es tan importante como un mal moderno, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) misma ha tomado cartas en el asunto organizando seminarios y lanzando importantes convocatorias internacionales para estar bien informados (cosa curiosa, ¿verdad?) sobre la infodemia.
La infodemia no se puede eliminar, pero sí gestionar. Para responder eficazmente a las infodemias, la OMS insta a adaptar, elaborar, validar y evaluar nuevas medidas y prácticas de base científica, con el fin de prevenir y detectar la información errónea y la desinformación, para responder en consecuencia.
Cómo nos afecta a los mexicanos
Un estudio de Kaspersky (agencia global de ciberseguridad y privacidad digital), en asociación con la empresa de investigación CORPA, reveló que el 61% de los latinoamericanos ha sentido los efectos de la infodemia en el entorno laboral durante el último año, por ejemplo. Eso es muchísimo, el abuso de la información es dañino para la productividad y para nuestra tranquilidad mental.
Este mismo estudio ya había expuesto el que 57% de los mexicanos se ha sentido saturado por la gran cantidad de información sobre un mismo tema, lo que hace que nuestro cerebro se sature y nos genere un “apagón mental”.
¡Combatamos la infodemia!
Esperamos que todavía no seas víctima de la infodemia, aunque es muy poco probable. Seguro ya lo sufres, pero no lo sabías por no haber leído antes wokii, con esta nota acerca de un mal moderno tan importante y que puede seguir “contagiando” a mucha gente más.
A continuación, te presentamos 7 medidas que la Organización Mundial de la Salud recomienda para que puedas enfrentar la infodemia, navegando por esta marea de información para decidir en quién y en qué confiar.1.
1. Evalúa la fuente. No todos son dignos de confianza. No porque esté en la red es cierto. Investiga quién lo dice y si puedes confiar en su autoridad científica o como experto de la información que transmite.
2. Ve más allá de los titulares. Hay que ver más allá de lo evidente. Lee todo de “pi a pa”, no sólo el título. Infórmate bien.
3. Identifica el autor. Busca en la web el nombre del autor para determinar si es real o creíble.
4. Comprueba la fecha. Lee algo actual y lo último. No te informes con cosas de hace 20 años. ¿Es un artículo reciente? ¿Es actual y pertinente a los hechos del presente? ¿Se ha utilizado un titular, una imagen o una estadística fuera de contexto?
5. Examina los datos probatorios. Los artículos fiables fundamentan sus afirmaciones con hechos, por ejemplo, citas de expertos o enlaces con estadísticas o estudios. Comprueba que los expertos sean fiables y que los enlaces efectivamente respalden las afirmaciones.
6. Comprueba tus propias tendencias. Todos tenemos tendencias y estas influyen en la forma en que percibimos lo que ocurre en nuestro entorno. ¿El artículo cuestiona sus supuestos, o dice lo que tú querías oír? ¿Qué aprendiste sobre ti mismo a raíz de tu interpretación o reacción? Hay que ser lo más objetivos posible. Eso es abrir la mente para recibir la información adecuada, nos guste o no o vaya en contra de nuestras propias condiciones ideológicas.
7. Remite las notas a organizaciones de constatación. Ante la duda, consulta organizaciones fiables dedicadas a comprobar hechos. Por ejemplo, International Fact-Checking Network y fuentes de noticias mundiales dedicadas a desenmascarar la información errónea, entre ellas, Associated Press y Reuters.
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