Increíble que a partir de los desechos de uvas se puedan fabricar desde bolsos, hasta zapatos. Vegea se llama la empresa que originó esta idea. ¡Salud!
El vino siempre será un excelente regalo para cualquier celebración, pero en esta ocasión, la compañía italiana Vegea aprovecha las bondades de sus residuos para crear un cuero para el sector textil.
A través de un proyecto llamado WineLeather, la firma está produciendo su biopiel utilizando orujo de uva, las partes sólidas de este fruto que son productos de desecho de la producción de vino.
El equipo se ha centrado en el desarrollo de textiles naturales para satisfacer la demanda de alternativas sostenibles en la industria del vestido y la indumentaria.
“Después de ver varias materias primas potenciales, se seleccionó el orujo de uva porque contiene tanto aceite como lignocelulosa. Dos componentes que son óptimos para la creación de textiles biológicos con nuestra tecnología”, dijo Marco Bernardi, gerente de investigación y desarrollo de Vegea.
Para hacer su tela, las uvas sobrantes se secan primero para preservarlas. De modo que la materia prima esté disponible durante todo el año y no solo durante la temporada de vinificación. Entonces los residuos del vino se procesan de diferentes maneras dependiendo de su uso final.
“Se refina con tratamientos específicos para obtener diferentes grados de peso, ancho, elasticidad, relieve y color”, dijo Bernardi. El producto final se extiende para formar un resistente textil.
Moda hecha a base de uvas
El proyecto WinLeather está ampliando su capacidad de producción para que puedan pasar de la fase de prototipo a una empresa comercial.
No obstante, ante una creciente demanda de sostenibilidad por parte de los consumidores significa que hay un mercado listo para ello.
Anteriormente, ya han producido productos de muestra utilizando los residuos de vino para la empresa H&M, que se exhibieron en una exposición el año pasado.
“Preparamos una colección de moda completa para ellos, con vestidos, zapatos y bolsos hechos con nuestro material a base de vino”, dijo Bernardi.
El desperdicio de alimentos no es solo el resultado de las comidas no consumidas, ya que a medida que los alimentos se procesan para el consumo, se generan grandes cantidades de desechos. La industria europea del vino indica que alrededor del 25% del peso de las uvas, como las pieles y las semillas, se desperdicia.
Estos subproductos pronto podrían recibir una segunda vida, a medida que los científicos descubran cómo transformarlos en nuevos materiales utilizables para diferentes objetivos.
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