Estos cinco hábitos que adoptamos durante la pandemia nos han hecho mejorar como personas, incluso sin habernos dado cuenta.
Lavarnos las manos cada hora, utilizar cubrebocas y mantener una sana distancia han sido algunos de los hábitos que hemos tenido que integrar en nuestra rutina diaria debido a la pandemia de Covid-19.
Pero hay otras lecciones que van más allá de la salud física: aquellas que involucran un cambio en nuestro estilo de vida. Éstas nos han hecho más fuertes y han cuestionado nuestra manera de actuar en el pasado. Aquí, cinco hábitos que son útiles aun después de la contingencia sanitaria.
Vivir sin prisa
El tráfico y la urgencia de llegar a todos lados nos provocan ansiedad y estrés. Si además le sumamos nuestro miedo a perdernos de momentos importantes, entonces terminamos fatigados, frustrados y con la sensación de vacío, dejando atrás el hábito de frenar el ritmo.
El periodista canadiense Carl Honoré, autor dle libro “Elogio de la lentitud”. promueve el Slow Movement, y señala que “la velocidad es divertida, una descarga de adrenalina que nos vuelve adictos a ella”. Sin embargo, esto nos impide vivir instante de calidad y gozar del aquí y el ahora como un hábito más.
Estar en casa nos ha obligado a desacelerar nuestros horarios, y muchos hemos aprendido que nada es urgente, que siempre podemos darnos un respiro de 10 minutos para beber un té o meditar.
Cocinar en casa
Ir a restaurantes u optar por un servicio de comida a domicilio nos encanta. Sin embargo, en estos días hemos comprobado la maravilla de preparar nuestros propios alimentos.
Además de ahorrar dinero, adquirir el hábito de cocinar en casa nos ayuda a seguir una alimentación saludable, con mayor cantidad de frutas, verduras y granos enteros. Y esto es todavía mejor si apoyamos a los comercios locales al momento de conseguir los ingredientes.
Además, cocinar es una actividad positiva para realizar en familia, que nos desconecta un rato de los problemas del exterior.
Valorar lo que realmente importa
Antes que el dinero, los viajes, el éxito laboral o las tardes de compra en las tiendas, en esta pandemia hemos aprendido que nuestra salud es verdaderamente importante.
Durante la cuarentena, muchas personas han dejado de fumar, disminuido su consumo de alimentos procesados o han hecho ejercicio en casa. Otros también hemos puesto en perspectiva lo afortunados que son: mientras tengamos casa, comida, una cama donde dormir y una buena condición física y mental, podremos salir adelante. Todo lo demás va y viene.
El hábito de cuidar nuestro entorno
De acuerdo con estudios de la East Carolina University (ECU), quedarse en casa ha mantenido a las personas lejos de los coches y los aviones, y también ha disminuido la industria de manufactura y de construcción. Esto ha tenido un efecto positivo en el ambiente.
“Los niveles de contaminación bajaron 30% de lo acostumbrado desde hace 15 años”; dijo el doctor Tom Rickenbach, profesor de ciencias atmosféricas de ECU.
Además, imágenes de la NASA han visto un incremento de nitrógeno en algunas áreas del norte de Estados Unidos. Además, mientras estuvimos en casa, las playas se limpiaron, y los animales han salido a las zonas urbanas “de paseo”, como estos pavorreales en Madrid.
Estar más en contacto con quienes amamos, incluidos nosotros
Las videollamadas han incrementado considerablemente durante esta cuarentena, además de los momentos con los que compartimos nuestro hogar: juegos de mesa, pláticas largas, juegos con los niños, más atención a nuestras mascotas… todo ha sumado para que, de manera irónica, a partir de la distancia nos encontremos más cerca que nunca de quienes amamos.
Además, para muchos, hábitos como la lectura, las rutinas de cuidado personal, reacomodar la casa e incluso, el silencio; todo esto ha sido clave para pasarla mejor y reconectarnos con nuestro interior.
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La vida sigue, las puertas poco a poco se abren y nuestros hábitos volverán a cambiar. Y si bien la pandemia aún continúa, poco a poco regresaremos a una nueva normalidad. Pero, ¿qué de todo este tiempo en casa nos hizo mejor personas? El reto está en que no nos permitamos olvidarlo.