El consumo habitual de té se ha asociado con un riesgo menor de enfermedades cardiovascular o accidentes cerebrovasculares.
Un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology reveló que la ingesta regular de té está relacionada con una vida más larga y saludable. Realizada en China y conducida por el doctor Xinyan Wang de la Academia China de Ciencias Médicas de Beijing, la investigación analizó los datos de poco más 100 mil participantes, sin antecedentes de enfermedades del corazón u otras afecciones importantes.
Se descubrió que aquellas personas de aproximadamente 50 años que bebían té de manera habitual (tres o más veces a la semana) desarrollarían enfermedades coronarias o accidentes cerebrovasculares 1.4 años después y viviría 1.26 años más que alguien que rara vez o nunca ingiere té. Otras cifras más alentadoras reveladas en el estudio fueron que, en comparación con los no bebedores de té, los consumidores habituales tienen un riesgo 20% menor de sufrir enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares. Para las enfermedades coronarias y vasculares fatales, el riesgo se redujo en un 22%.
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La ingesta de té nos puede ayudar a vivir más tiempo
La investigación también señala que el riesgo de muerte por cualquier otra causa se reduce en un 15%. Eso sí, el estudio es claro en cuanto a que estos beneficios son aplicables en aquellas personas que consumen té verde. En otras pesquisas científicas se ha encontrado que éste es una gran fuente de antioxidantes del tipo de los polifenoles, compuestos asociados a una mejor salud cardiovascular.
Algunos tipos de té podrían ayudarnos a prolongar la vida
Otros estudios también han encontrado beneficios en otros tipos de té, no sólo en el verde. El blanco, por ejemplo, ha demostrado poseer las propiedades anticancerígenas más potentes, además de ayudar a mantener un peso saludable. El negro, por otro lado, puede ayudar a proteger a los pulmones del daño causado por la exposición al humo de cigarro. Tés como el de oolong y pu-erh se han asociado a la reducción de niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre.
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