Los antibióticos son indispensables en nuestra vida, pero utilizarlos de manera incorrecta pone en riesgo su eficacia. A esto se le llama resistencia.
Si bien la alopatía genera miles de beneficios para nuestra salud, los excesos como siempre pueden resultar desastrosos. Por ello, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) urgió a reducir el uso de antibióticos en México y el mundo.
En conjunto con autoridades del gobierno mexicano y empresas particulares, la máxima institución de estudios firmó la Declaración para el Control de la Resistencia Antimicrobiana CDMX 2021. La meta: disminuir por lo menos un 30% el uso de antibióticos en los siguientes tres años.
Esto se llevó a cabo en un seminario, llamado “Resistencia Antimicrobiana: enfoque integral. One health. Acciones necesarias urgentes”, vía digital.
Ahí, especialistas convocaron a la sociedad y a las empresas a unir esfuerzos para alcanzar las metas propuestas y tener un impacto positivo en el control de la resistencia a los antibióticos.
¿A qué se refiere esto? De acuerdo con investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Barcelona, “las bacterias pueden diseminar a distancia genes de resistencia a antibióticos con una eficiencia hasta 10 mil veces mayor de lo que se conocía hasta ahora”.
En lenguaje humano, esto quiere decir que a mayor consumo de antibióticos, menos efecto nos harán cuando realmente los necesitemos.
¿Por qué debemos dejar de consumir tantos antibióticos?
La Declaración de la UNAM señala que abusar de los antibióticos pone en amenaza a todos los sectores. No solamente a las personas que los consumen de manera consciente.
La industria agropecuaria es de las que más antibióticos de uso humano utiliza al momento de producir alimentos. Desde los años sesenta, se usan en este sector para aumentar del crecimiento de los animales y para el tratamiento de infecciones. Muchas veces, lo hacen sin asesoría médica, lo cual pone en riesgo a los consumidores.
Otro de los problemas es que no siempre hay un control del consumo de antimicrobianos, recetados generalmente para enfermedades respiratorias o del estómago. Por ello, la UNAM pide a los médicos que eviten prescribirlos de manera automática, sino en casos verdaderamente necesarios. Lo mismo ocurre con las infecciones urinarias.
Recordemos que los antibióticos son medicamentos súper importantes. La penicilina, por ejemplo, es indispensable para el tratamiento de algunas infecciones bacterianas, y también ayudan a frenar que las enfermedades se propaguen.
No obstante, cuando ya no tienen efecto en las sepas de bacterias, entonces ocurre la resistencia a los antibióticos. Uno de los problemas de salud más graves del mundo. Por ello, utilizarlos excesivamente pone en riesgo a la ciencia, a la salud y a la industria de medicamentos.
Cuándo NO tomar este tipo de medicamentos
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, entre un tercio y la mitad del consumo de antibióticos en humanos es innecesario o inapropiado.
Esto ocurre porque los antibióticos tratan las infecciones bacterianas, no las infecciones virales. Algunas infecciones virales frecuentes que no necesitan tratamiento con antibióticos son:
- Resfriado
- Gripe
- Bronquitis
- La mayoría de los casos de tos
- Algunas infecciones de oído
- Algunas infecciones de los senos paranasales
- Gastroenteritis viral
Tomar antibióticos cuando no son correctamente recetados no hará nada por curarnos, no frenará contagios ni nos ayudará a sentir mejor. Por el contrario, es probable que la próxima vez que sí los necesitemos, no resultarán eficaces. ¡Pongamos de nuestra parte y evitemos la resistencia a los antibióticos!
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