Alimentos transgénicos: ¿sí o no? Mientras los organismos de salud comienzan a tener sus dudas, la ciencia confirma otra realidad muy alentadora.
Si bien desde hace al menos 20 años se sabe que los habitantes de la Cordillera de los Andes han hecho uso de transgénicos, hoy está en vilo dicha práctica porque hay quienes dudan de su seguridad e impacto tanto en la salud como en el medio ambiente, a pesar de haber pasado por múltiples estudios científicos.
Colombia, Ecuador y Perú, que forman parte de la cadena montañosa, comparten una extensa biodiversidad agrícola y el dilema por el uso de organismos genéticamente modificados (OMG). Esto porque cada país tiene su propia legislación. Es decir que la disyuntiva reside entre la sostenibilidad y el consumo de los alimentos transgénicos.
Durante siglos, indígenas y campesinos se han encargado de proveer alimentos como maíz, plátano y papa, garantizando no solo el sustento familiar, sino una fuente de ingresos segura.
Sin embargo, ancestros de la Cordillera de los Andes nunca imaginaron que llegaría el día en el que los frutos de sus suelos no serían suficientes para suplir las necesidades de la población. Ni que éstos fueran mejorados gracias a la biotecnología.
Aun cuando hay una demanda creciente de transgénicos ya que la población sigue aumentado; de hecho, se espera que para el 2050 sean 10 mil millones de habitantes, así que el problema real no está en la producción de los alimentos, sino en el acceso y disponibilidad de los mismos.
El lado positivo de los transgénicos
Quizá se sepa poco, pero cada día recibimos beneficios del mejoramiento de las plantas. Incluso, gran parte de nuestra alimentación no existiría si no fuera por dicha actividad.
Este tipo de proceso en las plantas comenzó hace miles de años, cuando la gente domesticó por primera vez las plantas silvestres. Al seleccionar las plantas más saludables y mejorarlas con el paso del tiempo, los antiguos agricultores sembraban los cultivos que tendrían mejor sabor, y serían más nutritivos y resistentes.
A medida que científicos como Gregor Mendel empezaron a descubrir cómo las características de las plantas se transmiten de una generación a la siguiente, sentaron las bases para una más acertada comprensión de la genética de las plantas.
En el siglo XX, cada avance aumentó la eficiencia para desarrollar mejores cultivos, pero también se enfrentaron a nuevos desafíos como la propagación de enfermedades y plagas en plantas y frutas, la disminución de los recursos naturales, el cambio climático y el crecimiento desmedido de la población.
Es así como de acuerdo con la FAO, mientras los alimentos transgénicos cumplan con las regulaciones internacionales necesarias, sus beneficios incluirán:
- Cosecha más nutritiva
- Plantas resistentes a la sequía y las enfermedades, y que requieren de menos recursos ambientales
- Disminución de pesticidas
- Mayor vida útil a menos precio
- Alimentos con menos sustancias cancerígenas
Pese a todos las bondades que nos pueden ofrecer, los alimentos transgénicos siguen causando controversia en organismos sanitarios internacionales. Sin embargo, los hechos confirman otra realidad, positiva desde luego.
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