¿Tu cerebro es tan ansioso que te impide cumplir con tus metas en el trabajo o, incluso, en lo personal? Estos consejos sencillos probablemente te ayudarán a controlarlo.
¿Has sentido que tu ansioso cerebro te impide concentrarte y cumplir con todos tus pendientes? A veces, por más que bajemos apps de productividad y pongamos música clásica, la concentración no llega a nosotros. Y esto porque nuestra cabeza se pierde en dimes y diretes que no siempre sabemos cómo frenar.
Krystina Martinez-Zapier escribió sobre esto en Fast Company. Experta en productividad en el trabajo, la realidad es que ha padecido ansiedad y depresión durante 13 años. “Cuando estoy en un lugar hundido, muy pocas estrategias me ayudan a salir adelante”, dice.
Por ello, y como forma de tender una mano a aquellos que sufren lo mismo que ella, da seis consejos para frenar un cerebro ansioso y, de paso, ser más comprensivos con nosotros mismos.
1. Para controlar tu cerebro ansioso, haz menos
Decir “basta” o “hasta aquí” resulta difícil en un mundo que nos exige siempre estar ocupados, tener pendientes a cumplir y encajar en estereotipos de productividad. Y toda esa presión extra nos hace que perdamos tiempos preocupándonos por lo que tenemos que hacer, en lugar de hacerlo. No por nada ya existe la iniciativa de que las semanas laborales sean de cuatro días.
Comprometernos con una sola tarea a la vez resulta mucho más satisfactorio para nuestro cerebro que un ansioso calendario de 10 tareas en un tiempo menor.
Si sufrimos de un episodio de ansiedad, a veces las pequeñas acciones son grandes actos de valentía. “Tengo suerte si consigo ducharme, comer algo y llegar al trabajo cuando mi ansiedad es alta o la depresión me frena. Así que eso es lo que hago: me ducho. Yo como. Me presento al trabajo. Todo lo demás que necesito hacer es opcional, incluso si eso significa que los platos se amontonarán”, escribe Krystina.
2. Ordena tus pendientes de manera sencilla
Para controlar su cerebro ansioso, la autora recomienda leer el libro Making Ideas Happen.”Se dirige específicamente a creativos que generan grandes ideas pero que son un desastre cuando intentan ejecutarlas. Soy un desastre, así que imagino que podría funcionar para mí”, dice.
En este libro, el emprendedor Scott Belsky recomienda que dividas tus pendientes en tres:
- Los pasos de acción; es decir, aquellas tareas que debes hacer para que algo evolucione.
- Los elementos de segundo plano: aquellas tareas pendientes que son importantes pero que no bloquean el trabajo actual.
- Las referencias: esos complementos que te exijan tiempo pero que, si bien son necesarios, no son prioridad. Estas pueden hacerse una vez a la semana.
Krystina señala que “cuando estoy ansiosa o deprimida, solo me concentro en los pasos de acción con una fecha límite. Si no hay una fecha límite, puede esperar”.
3. No abuses de las apps ni de la info
Las aplicaciones para tener más organización y productividad son buenísimas, pero volvernos dependientes de ella puede saturar nuestra mente y generar caos en un cerebro ansioso.
Es probable que para tu trabajo utilices más de una app, desde Slack, Trello o Monday hasta Drive. Sin embargo, si a eso le sumas durante horarios laborales Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp, etcétera, puedes padecer de estrés (y de distracciones constantes).
La sobrecarga de información, para alguien con un cerebro ansioso o en un estado emocional bajo, puede ser brutal. “Cuando hay una gran cantidad de información en tu camino, debes cerrar el grifo hasta que gotee. Apaga tantos distracciones como puedas para poder concentrarte”, recomienda la periodista.
Como a ella le cuesta trabajo hacerlo sin ayuda, utiliza una app llamada Focus, que bloquean las distracciones y ayuda a controlar las alertas y notificaciones.
4. Busca ayuda
En wokii somos defensores de la terapia como medio para encontrar la paz mental que buscamos. Y si bien promovemos el optimismo, jamás cerramos los ojos ante la realidad de que a veces nos sentimos fatal. Se vale, y se vale expresarlo.
Lo mismo piensa Krystina, que en su sitio de trabajo sentía que debía ocultar sus etapas de bajón. “Solía fingir estar enferma en lugar de admitir que necesitaba un día de salud mental”.
Pero si tu jefe o co-workers no están al tanto de lo que ocurre, no tienen una guía para saber por qué tu productividad se reduce. No tengamos miedo de quitarle presión a nuestro cerebro ansioso al confesar que estamos pasando por una mala etapa. Esto puede evitar un nervious breakdown más fuerte.
Pedir ayuda en el trabajo, así como en nuestra casa y con nuestros amigos, es importante. Y no está de más checar una terapia psicológica que nos ayude a definir qué nos ocurre.
Si tu cerebro es ansioso, no te diremos que le “eches ganas”, pero sí que cuentas con nosotros. Y que también vale la pena que reflexiones si tu trabajo es el responsable del exceso de ansiedad.
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