La pandemia ha provocado una crisis salud mental. Y los niños resultan también afectados por esta situación, Aquí, consejos para padres.
El Covid-19 ha afectado no solo el bienestar emocional de los padres, sino de los hijos. Pérdida de empleo, menores ingresos, sobrecarga laboral y doméstica, duelo por seres queridos fallecidos y enfermedad son los factores que más predisponen a sufrir de trastornos en la salud mental. A todo ello se suman las consecuencias del encierro prolongado, para los que han podido quedarse en casa. Y los efectos de la falta de contacto personal e interacción social.
Ya en agosto del año pasado, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa F. Etienne, alertaba: “La pandemia de Covid-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra región a una escala nunca antes vista. Se trata de una tormenta perfecta en todos los países, ya que vemos necesidades cada vez mayores y recursos cada vez menores para abordarlas. Es urgente que el apoyo a la salud mental se considere un componente fundamental de la respuesta a la pandemia”.
La crisis sanitaria ha afectado sobre todo a familias con hijos pequeños, que deben hacer malabarismos para trabajar y a la vez cuidar sus hogares y a sus niños. Y, por supuesto, la pandemia ha afectado especialmente a trabajadores y trabajadoras con empleos precarios. O que directamente viven en la pobreza.
A los niños que antes de la pandemia tenían un diagnóstico de discapacidad intelectual, trastorno en el espectro autista o problemas de aprendizaje, la pandemia les ha presentado nuevos retos.
A todo ello se suma la presión que experimentan muchos niños y adolescentes por cumplir con las tareas escolares que desde el año 2020 han tomado una modalidad hasta entonces inédita: las clases remotas.
Todo esto se suma al ya mencionado encierro y al estrés que reina en muchos hogares. A la falta de horarios, rutinas, actividad física y al aire libre. Y el contacto directo con los maestros, que muchos dábamos por sentado y que con la pandemia empezamos a echar de menos.
Cómo fomentar la salud mental de los niños
Ante este panorama, los expertos en pediatría y salud mental infantil dan una serie de recomendaciones:
- APELA A LA CREATIVIDAD. El confinamiento y la distancia social obstaculizan la interacción social, pero un poco de creatividad puede hacer una diferencia. Sacar el máximo provecho a la tecnología es una opción, claro. Pero también los autocinemas, o los deportes sin contacto como la navegación también pueden funcionar. Una caminata en un parque siempre se agradecerá.
- RESPIRA. Los ejercicios de respiración son útiles para disminuir la ansiedad, sobre todo si se pueden realizar en familia.
- MUÉVETE. Crear rutinas de actividad física para niños y adultos en la casa será útil para mantenerse en forma, alcanzar una sensación de bienestar y reducir el estrés.
- APRENDE A EMPATIZAR. Si tus hijos se sienten frustrados, explícales que tú también lo estás. Que también extrañas ver a tus amigos, tomar café con tus compañeros de oficina, visitar a los abuelos, etc. En medio de la rutina doméstica, crea una instancia de plática diaria en la que tus pequeños puedan desahogarse y contar lo que les pasa. Y que te escuchen a ti también. Entender que su mamá o papá también la está pasando mal les ayudará a atravesar este trance.
- HAZ DE TU CASA UN NIDO. “Puede amar a sus hijos y también, a veces, sentir desesperación. Todos tenemos días malos cuando la carga de estrés es alta, y nos alteramos. No podemos controlar el mundo exterior, pero sí podemos crear santuarios de tranquilidad dentro de nuestros hogares. Con paz en nuestros hogares, podemos manejar mejor el mundo exterior”, recomienda el pediatra Kenneth Ginsburg, en la página de la ONG Healthy Children.
- ACTÚA A TIEMPO. Si notas modificaciones en la conducta de tu hijo, sea niño o adolescente, permanece alerta y obsérvalo. Si ves cambios en su apetito, peso, hábitos de higiene y sueño, humor o desempeño escolar, considera consultar con un experto en salud mental.
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