El experimento de una científica argentina logró revelar que un trigo manipulado genéticamente puede frenar las sequías en Brasil.
Raquel Chan es una bioquímica argentina, especializada en biotecnología vegetal. Es investigadora del CONICET y desempeña su tarea en el Instituto de Agriobiotecnología del Litoral, en Santa Fe.
Ha sido nombrada como una de los 10 científicos más destacados de América Latina por parte de la BBC.
Entre sus más recientes descubrimientos, realizó la investigación inicial que sirvió para el trigo transgénico cuya venta para harina fue aprobada el año pasado por un organismo de Brasil.
“Es una demostración de que los desarrollos nacionales pueden llegar hasta el final. Sin ciencia, un país no sale adelante”, ha expresado la científica en entrevista.
El origen del trigo transgénico
Se remonta al descubrimiento de la bioquímica de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), quien en 1995 localizó el gen que le posibilita al girasol administrar la escasez del agua. En 2004 se patentó esta tecnología, en una colaboración conjunta del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (dependiente del Conicet y de la UNL) y de la empresa Bioceres (que tiene entre sus accionistas al multimillonario Hugo Sigman y al “rey de la soja” Gustavo Grobocopatel).
Se trata de la misma empresa que recién aprobó el trigo transgénico HB4 en Brasil para avanzar con ese cultivo en tierras argentinas.
Tras darse a conocer la noticia sobre la aprobación de Brasil a la harina de trigo transgénico tolerante a sequía desarrollado por Bioceres, Grobocopatel expresó que es un “hito histórico”.
“La aprobación del HB4 logra aumentar su cosecha con y sin sequías, tan fundamentales en estos tiempos de cambio climático. En principio, si somos capaces de ser líderes, el liderazgo de hoy requiere no solo de tener tecnología, también ser parte de redes globales de conocimientos, crear o modificar reglas, instituciones, creencias”, explicaron en la institución.
¿En qué consiste el trigo HB4?
Las variedades del trigo HB4 tienen incorporado un gen del girasol que incrementa la tolerancia a condiciones de sequía, reduciendo las pérdidas de rendimiento frente al déficit hídrico.
La aprobación en Brasil confirma lo que las autoridades argentinas habían dictaminado: el trigo transgénico HB4 es seguro para el medio ambiente y para la salud humana y animal. Además combate las sequías.
Sin embargo, molinos brasileños analizan ir a la Justicia para frenar esta aprobación porque no están de acuerdo en que se manipulen las semillas genéticamente. Un tema verdaderamente que se presta a debate.
“Lamentablemente Brasil será conocido como el primer país en aprobar el uso del trigo transgénico en el mundo”, indicaron estas instancias.
Mientras son peras o manzanas si estos experimentos son lanzados en pro de ayudar al planeta, nosotros alzamos la mano.
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