Aunque existe el rumor generalizado de que los teléfonos celulares producen cáncer, estas pruebas refutan la teoría (¡afortunadamente!).
Aunque la OMS clasificó en 2011 la radiación emitida por los teléfonos celulares como posibles carcinógenos, hasta la fecha no hay pruebas que confirmen esta hipótesis. ¿Los celulares producen cáncer? No tan rápido.
El pasado mes de enero, un informe elaborado por la Oficina Alemana para la Protección contra la Radiación (BfS) publicó un total de 3,806 modelos de celulares que mayor tasa de absorción especifican al contacto con la oreja (medido en vatios/kg). Pero ninguno representó un riesgo de cáncer.
Según el listado, el modelo Motorola Edge es el teléfono que más radiación emite y el ZVE Blade20 el que menos. ¿Significa esto que debemos dejar de pegarnos los teléfonos móviles de la oreja? ¿Significa que los móviles son tóxicos o radiactivos?
Todo comenzó en 2016, cuando el médico y activista francés, Marc Arazi, afirmó haber destapado lo que llamaba ‘la estafa de los fabricantes de los móviles’. Según él, las marcas de telefonía habían estado falseando los datos de radiación que emiten los teléfonos celulares.
Afirmaba, entre otras cuestiones, que el 89% de los móviles probados por la Agencia Nacional de Frecuencias Francesa superaban los límites de la tasa SAR. Esta tasa mide los niveles de absorción específica a la que estamos sometidos cuando usamos esta telefonía.
Desde entonces, han proliferado las asociaciones que acusan a las autoridades de ocultar datos sobre los efectos dañinos del uso continuado del teléfono móvil, un aparato cada día más utilizado en el mundo.
¿La radiación de los teléfonos celulares produce cáncer?
Para empezar, hay que distinguir entre absorción y exposición. “Cuando llueve, la lluvia sería la exposición, mientras lo que te mojas es la absorción”, explica un artículo de National Geographic citando a un especialista.
La Comisión Internacional Para la Protección ante Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP ) es quien se encarga de establecer los niveles de exposición. No solo las procedentes de la telefonía móvil, sino también las relacionadas con la radiación ultravioleta.
Esta institución establece una tabla de límites máximos en función de dos grupos diferenciados: uno para la población en general y otro para los trabajadores expuestos, que tienen un límite mucho más bajo.
Para el público en general, la dosis máxima de un teléfono móvil es de 2 W/kg para la cabeza y tronco y 4 para las extremidades. Para saber si los celulares producen cáncer, en lo que nos tendríamos que fijar es en la absorción de radiaciones en la cabeza.
Visto esto, ¿son preocupantes las cantidades de radiación de los teléfonos celulares? El móvil que encabeza en ranking de radiación emite 1,79 W/kg, mucho menos que el límite establecido. Por lo que, desde el punto de vista científico, no hay motivos por los que alarmarse.
Y, ¿cómo se ponen estos límites? La propia ICNIRP publicó hace unos años una guía en la que se especificaban en qué basaban sus análisis. Para ello, no solo se mide la frecuencia de radiación, sino también la intensidad de las ondas.
Existe un tope de intensidad a partir del cual sabemos que seguro que hay efectos para la salud. Por ejemplo, si te metes en el interior de un microondas (que emite el mismo tipo de radiación que la red WiFi de casa), nos freiríamos.
Por debajo de ese nivel máximo hay un amplio margen de incertidumbre, seguido de un umbral de seguridad del que se sabe no se producen efectos. Los teléfonos celulares están en este umbral de seguridad.
¿Nos debe preocupar la radiación de los teléfonos móviles?
Otro especialista citado por National Geographic hace la analogía con un automóvil: sabemos que la probabilidad de sufrir un accidente mortal varía en función de la velocidad. Los teléfonos celulares no producen cáncer debido a que (en el símil de los autos) están viajando a 5 kilómetros por hora, por lo que el riesgo es prácticamente nulo.
Entonces, ¿de dónde viene tanta preocupación sobre si los celulares producen cáncer? En 2010 se publicó un estudio llamado Interphone, sobre los posibles efectos nocivos de la radiación de los teléfonos móviles.
Aunque la investigación no encontró ninguna prueba científica, concluyó que era necesario un estudio más extenso para detallar qué efectos existen a largo plazo. Aquella aproximación fue la base para que, en 2011, la OMS clasificara las radiaciones de los celulares como ‘posibles cancerígenos’.
Pero la OMS los colocó en el grupo 2B, “aquellos que versan sobre sustancias, productos o actividades cuyo nexo no está probado en animales y sobre las que las evidencias en humanos son limitadas”. Por ejemplo, se incluyó en el mismo grupo la gasolina, los polvos de talco o el aloe vera.
La OMS metió a los teléfonos celulares en el mismo grupo sin que hubiera ninguna evidencia concluyente, algo que todavía no tenemos a día de hoy. Pero de acuerdo con otros especialistas, no hay ningún estudio que confirme que la radiación emitida por los teléfonos celulares sea cancerígena.
¿Cómo saber cuánta radiación emiten los celulares?
La mejor manera de encontrar datos fiables es acudir a los estudios científicos amplios y recientes. Uno de los más completos es MOBI-Kids, una amplia investigación de cohorte coordinada por el instituto de investigación de ISGLOBAL. Con la participación de 14 países y realizado con la financiación de la Unión Europea.
Los responsables de esta investigación, cuyos resultados hasta 2020 se acaban de publicar, han estudiado 900 pacientes con cáncer cerebral de edades de entre los 10 y los 24 años de edad, y 1,900 casos de control.
Sus conclusiones: “hasta la fecha, no se ha encontrado un aumento de tumores cerebrales ni en quienes usaban más el teléfono ni en aquellos que estaban más expuestos a radiofrecuencias”.
Además de esto, existen revisiones sistemáticas y metaanálisis que no solo buscan una posible relación con el cáncer, sino que también abarcan otros efectos sobre la salud, como síntomas no específicos. Sus conclusiones son las mismas: a los actuales niveles de exposición no se encuentran efectos demostrados.
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